Mercedes se acerca a la posibilidad cierta de empezar a comer sano. Un grupo de vecinos preocupados por la calidad de los alimentos que se venden en el mercado, especialmente frutas y verduras, reputados de dudosa calidad y además con la alternativa de estar contaminados con agrotóxicos, decidieron agruparse para discutir sobre la cuestión y terminaron en una verdadera unión, conformando una agrupación que hoy se hace notar.
Federico Lifsichtz, coordinador de prensa de la Asamblea Mercedina por la Agroecología (AMA), comentó que el comienzo de todo se dio a través de un colectivo llamado “Naturaleza de Derechos”, una entidad integrada por un grupo de abogados, los que en su momento le solicitan al Senasa detalles de los análisis que se hacen a frutas y verduras en el Mercado Central. El Senasa después de mucho tiempo se mostró reacio a entregar esos análisis por lo que hubo que insistir a través de cartas e intimaciones. Finalmente los entregó, y allí se conoció que entre el 2015 y el 2016 se detectó que el 65% de la fruta y verdura que entra al Mercado Central tiene mayores valores de agroquímicos que los permitidos por la Organización Mundial de la Salud. Todos estos datos no se habían publicado, sin justificación alguna.
Los vecinos, enterados de que las frutas y verduras estaban prácticamente envenenadas, empiezan a plantear una contrapropuesta: se acercan a la Agroecología y deciden formar la Asamblea Mercedina por la Agroecología (AMA), en agosto del 2018, con el fin de que Mercedes pueda adoptar la Agroecología como sistema de producir alimentos para todo el partido.
Se sabía que muchos productos eran llevados al mercado central y volvían a Mercedes, lo mismo con producciones de partidos aledaños. Otros, tal es el caso de las frutillas, que vienen directamente del productor, sin pasar por ningún tipo de análisis químico, se ofrecen en el mercado local sin certificación de control.
Por otra parte, es conocido que los sembradíos de soja y maíz en el partido son fumigados con glifosato, lo que permite suponer que las verduras y frutas no están liberadas de contener agrotóxicos. Factores climáticos como los vientos y la lluvia impiden el control eficiente de los alcances de las partículas contaminantes.
Se sabe también que todos estos agrotóxicos no están prohibidos en Argentina como alguien podría suponer. Es más, el glifosato está catalogado de banda verde en el país. Es decir que se le considera inocuo en cuanto a contaminación; los lobbies han logrado con éxito esta categoría, en tanto que en otros países es de banda amarilla, azul o roja, debe usarse con determinadas precauciones o taxativamente prohibido. Estas categorías de colores denominan los niveles de toxicidad de estos elementos. Los usos de cómo se fumiga tampoco son los mejores. A veces se fumiga a las 3 de la mañana, otras veces sin tener en cuenta los vientos. No se cumple con la legislación atinente a la materia.
Existen por fuera de la Asamblea más de cinco productores dedicados a la actividad, algunos de ellos tienen producciones certificadas, también se sabe que cuentan con semillas orgánicas. Todos estos productores se espera que se incorporen a la Asamblea. El municipio les ha empezado a comprar bolsones de verduras y hortalizas para entregar a los más necesitados.
Por otra parte, desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) también producen frutas y verduras, aunque por ahora no bajo la condición de agroecológica, pero si adoptan esas formas el municipio también les compraría.
En la Asamblea se explica que la Agroecología es una agricultura ecológica cuya huella o marca que deja en el planeta no altera los ecosistemas. Es decir que no modifica a los ecosistemas y se concatena con un conjunto de saberes ancestrales de la mano con avances tecnológicos modernos, pero que no producen alteraciones perniciosas a la naturaleza para preservar la sustentabilidad para las nuevas generaciones de agricultores.
A través del fomento de este tipo de agricultura se abandona el monocultivo y se adopta la rotación de siembras. Otra arista de la Agroecología tiene que ver con lo social, dado que posibilita el repoblamiento de las zonas rurales. Muy por el contrario del monocultivo, que ha producido grandes migraciones del campo hacia la ciudad. Desarrolla la agricultura familiar y ofrece al campesino un trabajo digno y autónomo. Además, los rindes son similares a los de la agricultura industrial, pero sin el uso de agroquímicos costosos que terminan socavando la productividad.
Los miembros de AMA lograron que el municipio consagre a la Agroecología de interés municipal. Consiguieron que el Concejo Deliberante sancione la Ordenanza 8241/19, la que fomenta la Producción Agroecológica Rural y Urbana en sus múltiples dimensiones.
A través de esa legislación se crea un fondo de promoción de la producción agroecológica en el presupuesto municipal. Se crea también la Dirección de Agricultura Familiar, la que se encargará de implementar un Registro municipal de Producciones Agropecuarias Agroecológicas. Se implementará también un Consejo Consultivo Asesor Municipal Agroecológico.
En otro de los títulos de la Ordenanza se explicita la certificación de origen de los productos agroecológicos. Los propietarios o inquilinos de parcelas que certifiquen sus producciones contarán con tasas promocionadas. La autoridad de aplicación, o sea el Consejo Consultivo Asesor, tendrá plena facultad para efectuar las supervisiones de certificación y calidad.