Este martes por la mañana se produjo la esperada inauguración del nuevo edificio del CETIM, en calle 16 entre 7 y 9.
Se trata de un dispositivo para los niños y niñas que requieren tratamientos de rehabilitación, y en su inauguración hubo además una kermesse y juegos en la calle.
Mucha alegría y optimismo en este acto se vio en cada uno de los rostros de funcionarios, integrantes del equipo de profesionales y beneficiarios de estas políticas de apoyo a la niñez e inclusión que Juan Ignacio Ustarroz encabeza desde su gestión, en este nuevo e importante acto inaugural.
La inauguración del Centro Terapéutico fue definida como histórica. «Esta es una enorme alegría y le agradezco al intendente su cariño en estas obras y su capacidad de conformar equipos», dijo el secretario de Salud, doctor Pablo Cassini.
En tanto Tatiana López, de Discapacidad, afirmó que este es «un espacio de todos que recién comienza», muy emocionada.
Matías Dematei, jefe de Gabinete, remarcó el trabajo en conjunto y en equipo de cada una de las áreas municipales para esta realidad. «Nos va a servir para mejorar la calidad de vida», sostuvo.
La directora Andrea Vazquez, muy emocionada como directora del CETIM, comentó los detalles del trabajo que realizan y destacó todo el apoyo que tuvieron en este tiempo para lograr esta concreción.
Entre todos los protagonistas se descubrió una placa y el intendente Ustarroz reafirmó el agradecimiento y el orgullo de este logro. «Tenemos una comunidad que ha entendido cuáles son las prioridades y derechos de cada uno. Y es importante esta infraestructura para trabajar con personas discapacitadas, pero lo más importante son los valores y el amor, el compromiso, de la gente que trabaja aquí», sostuvo Ustarroz en la puesta en marcha de este nuevo dispositivo que servirá «para no dejar afuera a nadie de derechos esenciales para todos y todas».
Cuando todos pudieron ingresar al nuevo centro y ver la calidad de la infraestructura que se ponía a disposición en el CETIM, alguien dijo «esta es una muestra de cómo la política puede cambiarle la vida a la gente». Y, en este caso, la cambia para bien y tiene toda la razón.