Con el fin de prevenir el contagio de la triquinosis en la población, agentes especializados del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realizan diferentes tareas de prevención y control higiénico-sanitarios tanto sobre el animal vivo, como sobre sus productos cárnicos elaborados.
Es importante tener siempre presente que la triquinosis es una enfermedad parasitaria y que las personas se enferman al consumir carne insuficientemente cocida o productos elaborados con carne de cerdo que contienen en sus músculos larvas del parásito Trichinella spp. Una vez ingresado el parásito al cuerpo humano –no es posible eliminarlo–, afecta sus músculos, provoca importantes dificultades motrices y dolores que se van acrecentando con el tiempo e incluso pueden ocasionar la muerte.
La faena doméstica y la carneada de cerdos en el campo promueven la distribución y comercialización de alimentos porcinos (chorizos, salames, bondiolas y demás embutidos) producidos de forma casera o artesanal. Dicho proceso de elaboración se realiza con carne cruda, por lo que, (si no se analiza debidamente) esta carne puede contener larvas de los parásitos que producen la enfermedad.
En consecuencia, quienes elaboran estos productos deben verificar que la carne sea apta para consumo humano, para lo cual deben remitir una muestra de carne de cada animal faenado para ser analizada en un laboratorio de la zona mediante la prueba de digestión artificial.
Por tal motivo, profesionales del Centro Regional Pampeano del Senasa –pertenecientes a las coordinaciones de Sanidad Animal e Inocuidad y Calidad Agroalimentaria– realizan tareas de prevención, monitoreo y control tanto en criaderos de cerdo, comprobando el estado higiénico-sanitario de los establecimientos y animales vivos, como en la carne transportada en camiones e ingresada al frigorífico, constatando que dicho producto sea apto para el consumo humano.
Un salame sin riesgo para la salud humana es un salame debidamente identificado con su rótulo, pero ¿Qué es el rótulo? Es un papel, cartón, o plástico, impreso, colocado en un lugar visible para el consumidor, donde se anuncia toda la información sanitaria de la mercadería: fecha de elaboración, número de establecimiento elaborador, fecha de vencimiento y demás características que indican que el chacinado pasó por los controles normados por ley, confirmando que es apto para el consumo.
De este modo, es el consumidor quien debe exigir el cumplimiento de este proceso sanitario de elaboración de alimentos a la hora de comprar un producto derivado del cerdo, y así tomar conciencia de lo importante que es para la salud modificar las prácticas culturales en la producción y el consumo de alimentos.
Para mayor información, comunicarse con la sede del Centro Regional Pampeano, en la ciudad de Chivilcoy, a los teléfonos (02346) 43271/72/73.