En este mes de diciembre la concejal del Frente Cambiemos, Aída Laporta, termina su segundo mandato en el legislativo local, y lo vivió de manera intensa y distinta a su primer periodo que había sido en otra década y en un momento distinto del país.
-¿Cómo llegás a la culminación de este mandato?
El momento político es diferente. No fue menos complicado. A mí me tocó en la mitad del otro mandato integrar la Alianza en un momento difícil. Había sucedido una elección interna, teníamos a nuestros candidatos elegidos y el afiliado radical de toda la vida debió entender que tenía que compartir una alianza con el peronismo. No fue fácil pero se logró. Y en esta gestión, con más experiencia, más tranquila en lo emocional, aprendí a tratar de controlar mis impulsos, a veces quería agarrar el micrófono y lo dejaba, me controlé. No por ser oposición hay que estar en contra de los proyectos, pero a veces hubo discursos en la vereda de enfrente que podrían ser mentirosos y me callaba la boca para no entrar en discusión, porque la gente no quiere ver eso. Discutir para tratar un tema me parece bárbaro pero el ida y vuelta por temas políticos no va. Trabajé más que en mi primera gestión y el 80 por ciento de lo que pedí para la zona rural está hecho, empezando por las barreras automáticas y otros proyectos del bloque.
-¿Cuál fue el momento más difícil?
El momento más difícil fue el tratamiento del pacto fiscal, aunque me parece que la muerte de Lucas Fal en política fue un antes y un después. Me parecía que me quedaba sin espalda, hubo que superarlo. Y lo de pacto fiscal fue difícil, una situación complicada que nunca había vivido. Yo siempre tuve la predisposición de trabajar y a los vecinos no los voy a abandonar mas allá de que termine mi gestión. Seguiré con proyectos, y no cometeré el error de mi primera gestión que dejé cosas importantísimas en el Concejo y no siguieron su curso. Seguiré militando en el partido y mi compromiso con la UCR es seguir.
– Más allá de los duros momentos, lo que se vivió con el pacto fiscal y demás, ¿hubo una relación respetuosa con los integrantes de los demás bloques?
Por experiencia de haber vivido otra gestión, sé que la política es un momento, el 11 de diciembre no tiene sentido estar peleado y las discusiones se quedan en el Concejo. Enemigos no quiero tener ni los quise tener nunca. Siempre traté de consensuar, de hablar y nunca tuve problemas, expresándome con respeto y de buena manera.
-¿Cómo proyectás tu vida sin la función legislativa?
Sin la presencia en el Concejo pero trabajando por fuera en todo momento. Seguiré haciéndome cargo de la problemática de la zona rural, de la misma manera que si fuese concejal. Traeré proyectos y la labor legislativa la harán quienes ocupen las bancas.