Inicio Ambiente Otra vez fracasa la Cumbre Mundial del Clima COP25

Otra vez fracasa la Cumbre Mundial del Clima COP25

Lo veníamos presagiando. La Conferencia sobre Cambio Climático terminó sin ningún acuerdo. Se reunieron para pautar acciones concretas que conlleven a mitigar los efectos del cambio climático. Aunque las deliberaciones se prolongaron por 48 horas –estaba programado que la conferencia terminaría el viernes y hubo de prolongarse hasta el domingo– aun así,  no se alcanzó ningún compromiso, que era el propósito central del certamen.

Tanto es así que el documento final no contiene ni una sola frase que apele al esfuerzo de los países por presentar proyectos para reducir los gases de efecto invernadero. En concreto se evalúa que, aun teniendo en cuenta las evidencias científicas sobre la urgencia de tratar de frenar el deterioro del clima, los resultados han sido paupérrimos. Como corolario de esto se han pospuesto todas las decisiones importantes para la COP26, que se realizará en Glasgow Escocia en el 2020.

Por otra parte, quedó demostrado que los países altamente desarrollados –que son los que más contaminan– enviaron a la conferencia representantes de sus gobiernos de tercera línea, demostrando su desinterés por arribar a acuerdos concretos para detener el avance de las emisiones perniciosas que deterioran el clima. En este grupo están los EE.UU, Rusia y China, pese a los grandes incendios que asolaron al polo norte y los que ahora mismo se tornan imparables en California.

Sectores importantes de distintas áreas del conocimiento científico relacionado con la naturaleza, que estuvieron observando el desarrollo de la cumbre, culparon por el pobre resultado a los países del G20. Y a las principales compañías petroleras, gas y carbón, a las que acusan de socavar la “ambición” climática. Estos mismos observadores acotaron que otros países como Australia, Brasil y Arabia Saudita, cuyos presidentes se mostraron impasibles ante los devastadores incendios en Sydney y en la Amazonía este año, en los que se destruyeron ecosistemas maravillosos y dejaron miles de personas sin hogar.

En otros pasajes de la discusión, se aludieron a las principales economías como Canadá, Japón, la India y China, estos fueron acusados por su autocomplacencia y no prestar apoyo a las naciones más vulnerables que han sido impactadas por el deterioro del clima y por no promover acciones concretas para que se dé  una respuesta colectiva en el 2020.

El texto de la decisión final de la COP25 «reitera con gran preocupación la urgente necesidad de abordar la importante brecha entre el efecto agregado de los esfuerzos de mitigación de las Partes [países] en términos de emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero para 2020 (…)», al mismo tiempo que «subraya la urgencia de una mayor ambición para asegurar los mayores esfuerzos de mitigación y adaptación posibles de todas las Partes».

Sin embargo, el texto final es más débil que la versión anterior. Su plazo de financiación, “insta” a aumentar el apoyo de los países desarrollados y otras Partes que están en condiciones de hacerlo, así como de las organizaciones privadas y no gubernamentales, los fondos y otras partes interesadas; pero sólo invita a la Junta Directiva del Fondo Verde para el Clima (GCF) a seguir proporcionando recursos para pérdidas y daños.

La frase “Ambición Climática” se usó reiteradamente en los textos que emanaron de la cumbre, y cabe preguntarse entonces ¿cómo es que con una ambición casi obsesiva por la solución de los problemas del clima no logran después de 15 días, arribar un consenso mínimo sobre algo  que se acerque a los objetivos propuestos en la cumbre? Habría que preguntarse entonces si estamos frente a una distorsión semántica o a una cháchara en las que están involucrados casi la totalidad de los países del mundo.

Todo esto ocurre en simultáneo con el derretimiento de los casquetes polares que es continuo y persistente y cada año se registra un récord respecto de la falta de hielo en los polos. Se cree que esta es la peor década de la crisis climática, la que se ha venido incrementando de manera exponencial a partir del siglo XXI.

Otro importante tópico del deterioro, es la acidificación de los océanos que es una respuesta directa al calentamiento global que hasta ahora ha crecido un 26% a partir de la era industrial, que es el momento en que empieza el uso de los combustibles fósiles. Se estima que de continuar este proceso, en 70 años se acabaría la vida en el mar. Todos estos fenómenos fueron instigados por la acción antrópica, desmesurada e irresponsable.

Si optamos por ver el vaso medio lleno, cabe mencionar que cada vez más gente se moviliza en el mundo por causas ambientales, especialmente agrupaciones de jóvenes y organizaciones de carácter científico preocupados por la decadencia medioambiental en el planeta. Las manifestaciones en las calles, en las redes y las plazas de todo el mundo, dejan en claro que están muy por encima de sus representantes.