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De Pedro: “La identidad es un derecho”

Desde su puesto como ministro del Interior de la Nación, el mercedino Eduardo “Wado” de Pedro, reflexionó sobre el lugar paradigmático que le toca en la historia, al ser el responsable de firmar los documentos de los argentinos y argentinas, considerando que la “identidad es un derecho”.

Lo hizo a través de su cuenta en la red social Twitter y recibió muchísimos comentarios. “Por mi historia siempre entendí la identidad como un derecho. Hoy las vueltas de la vida hacen que sea el responsable de firmar los DNI de los argentinxs. Si tenés dudas sobre tu identidad comunicate al (011) 43840983 #LaIdentidadEsUnDerecho”, twitteó.

De Pedro es hoy en día ministro del interior de la Nación. Hijo de padre y madre víctimas de la dictadura militar, fue robado y luego restituido de bebé a sus familiares. Se crió con sus tías. Ya de grande y como una de sus primeras armas de militancia fue parte de la lucha de Abuelas y Madres y uno de los integrantes fundadores de HIJOS, agrupación con la que trabajó mucho en los «escraches» a los represores y ejecutores de la violación de derechos humanos y del terrorismo de Estado entre 1976 y 1983.

Eduardo de Pedro nació en Mercedes el 11 de noviembre de 1976. Su familia vivía en el barrio de Floresta, en Buenos Aires. Su padre, Enrique Osvaldo de Pedro, nacido en 1950, era estudiante de Derecho y militante peronista de la agrupación Montoneros e integraba la conducción de la Juventud Peronista en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Fue asesinado por un retén policial el 21 de abril de 1977, durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.

Su madre, Lucila Adela Révora, nacida en 1953, fue secuestrada el 11 de octubre de 1978. En el Nunca Más, el informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, su madre, embarazada de ocho meses, figura como desaparecida. Según el testimonio de Susana Leonor Caride y de Omar Eduardo Torres en la causa 13/84, fue asesinada junto a su pareja Carlos Guillermo Fassano durante un operativo de secuestro llevado a cabo por un grupo de tareas formado por miembros del Ejército Argentino, de la policía, del Servicio Penitenciario y de Gendarmería Nacional en su casa del barrio de Vélez Sarsfield y llegó sin vida al centro clandestino de detención El Olimpo en el marco de la represión del terrorismo de Estado.

El grupo de tareas dejó a Eduardo, entonces de dos años, al cuidado de unos vecinos. Esa noche, hombres a bordo de un Ford Falcon verde se presentaron ante aquellos vecinos anunciando ser tíos del niño y se lo llevaron. La familia de la madre de Eduardo, al enterarse del secuestro, se puso en contacto con un comerciante de la ciudad de Mercedes que conocía a Carlos Guillermo Suárez Mason, un militar argentino posteriormente detenido por delitos de lesa humanidad, para recuperar al niño de dos años. El 13 de enero de 1979, Eduardo fue entregado a un sacerdote de la ciudad quien se puso en contacto con la familia para recuperarlo y decidieron que fuera criado por su tía, Estela Révora, junto a su marido Javier Ustarroz en la ciudad de Mercedes.