Durante la tarde de este domingo 12, a través de un vivo de Instagram, el periodista Danny Miche mantuvo una extensa y rica charla con Gustavo Luza, el mercedino que supo ser tenista profesional, capitán del equipo argentino de Copa Davis y actualmente es formador de jugadores en Pilará y comentarista en TV.
La pandemia está posibilitando cosas positivas más allá de los inconvenientes que genera, y este aspecto comunicacional y participativo a través de las redes es sin duda una de ellas.
En la charla, Luza, que estaba en su casa de Mercedes, fue dando su parecer de la no actividad producto de la pandemia: “Hay que buscar algún beneficio para el tenis, el balance es altamente negativo. Desde los profesionales hasta los organizadores de torneos, clubes, academias y periodistas están sufriendo un golpe muy duro. Un profesional debe que valorar lo que tiene, cuando la gente salga lo hará con muchas ganas de jugar al tenis y a las academias nos va a costar pero vamos a salir adelante”, expresó Luza.
Sobre la situación económica, el actual entrenador amplió, con una visión positiva: “Ya era complicado con el dólar y el impuesto al pasaje, ahora será más todavía. Pero el tenista tiene que mirar el lado positivo y buscarlo, resuelve en segundos los problemas y se enfrenta ahora a la inactividad durante tantos meses y después lo que será la vuelta al circuito. Los jugadores físicamente tienen que seguir preparándose muy bien”.
En el diálogo no quedó al margen su etapa de doblista en su etapa profesional en el tenis: “Yo muchas veces me pregunté por qué elegí un deporte individualista y jugaba doble. Intenté ser singlista y como todos quería ser Vilas, pero yo no rendía bien dentro de una cancha de tenis por ser muy quejoso, protestón”, recordó, comentando también el momento que junto a Gustavo Tiberi, cuando comenzó a jugar dobles. Por aquel tiempo jugaba en Francia torneos por dinero por fuera de la ATP. Entonces llegaron los certámenes de Porto Alegre y San Pablo que ganaron con Tiberi: “Se prende una luz y el doble fue una manera de completar mi sueño, tal vez no fuera un top ten, pero podía jugar otros torneos. Empecé a dedicarme e ingresar en la ATP, me comprometí, jugué los grandes torneos y me manejaba mucho mejor con un compañero al lado. Dejé de ser un cascarrabias y hacía cosas que sólo no lograba, a partir de eso todo fue un viaje de ida”, recordó.
Su primera gira fue en el 83, luego de que en 1982 con la guerra de Malvinas tuviera que quedarse en el país sin realizar el servicio militar por tener número bajo en el sorteo. De ese primer viaje, Luza mencionó: “Mi padre me pudo ayudar con un viaje de ida y 800 dólares, me anoté por télex en un satélite en España y sabía que iba a jugar cuatro semanas”.
Luego vino la oportunidad de viajar a Francia junto a Pablo Martín y allí ganó su primer torneo con lo que pudo pagarse el pasaje de vuelta, para regresar a Francia en la siguiente temporada en el marco de torneos por dinero con lo que pudo solventar su estadía y pasajes de ida y vuelta.
“Uno resignaba jugar ATP, los franceses realmente no figuraban, ganábamos los torneos y ellos estaban levantando su nivel”, destacó Luza, que tuvo su retiro como jugador a los 31 años. Se había casado a los 29 y supo viajar 6 meses con su primer hijo Jerónimo, recién nacido, y su esposa por Europa, jugando. “Pero ya no quería viajar sólo, no quería saber más nada”, recordó.
Jugar la Davis para Gustavo Luza fue algo más que importante y sobre ello contó: “Para los terrenales era tocar el cielo con las manos, tal vez el sueño más importante, me agarró en una época de madurez con 29 años. Ese día me emocioné mucho en el himno, me permití vivir la presentación con mucha emoción, estaba mi familia y mucha gente de Mercedes, se te viene toda una película de arrancar a jugar en el frontón en Mercedes y estar adonde llegué”, recordó aquel momento en su carrera.
También hizo un alto en el momento en que conoció a Alejandro Gattiker, tras quedar afuera en la qualy, fue su primer ATP en 1984 como suplente: ganó su primer partido apelando a la modalidad lucky loser «perdedor afortunado» y ese día lo conoció a Gattiker.
Ya en tiempos más cercanos la charla se trasladó al momento que le tocó ser Capitán de Copa Davis en el año 2003. “Yo había estado todo el año 2002 como su mano derecha con Gattiker, ya había tenido un año de experiencia, la relación con ello fue muy armónica y cuando él se va recomienda que yo siga en la capitanía. Entonces la Asociación lo vio como una continuidad y les pareció un paso bastante lógico”.
Distendido, en su casa de Mercedes, Gustavo Luza repasó su carrera como jugador y entrenador dando también su parecer en este momento sin torneos.
El vivo de Instagram mostró a este gran deportista destacado de la ciudad como uno de los referentes del tenis en el plano nacional e internacional. Luza, con una carrera que logró proyectar desde un humilde frontón de un club de barrio a las canchas de los torneos internacionales, a la capitanía del equipo nacional y la conducción de una escuela de primer nivel en la materia, además de su participación como comentarista especializado de tenis en la prensa, no olvidó sus orígenes y compartió sus vivencias desde su casa, en modo cuarentena.