Inicio Sociedad A 43 años de su desaparición, recuerdan a Amer Iriart

A 43 años de su desaparición, recuerdan a Amer Iriart

En este mes de junio se cumplen 43 años de la desaparición forzada de Amer Francisco Iriart. El mercedino que fue víctima de la dictadura, más conocido como «Curro», tal su apodo, fue un militante político muy reconocido en su generación, quien desde la Juventud Peronista impulsaba una manera de pensar que molestó a quienes irrumpieron en el poder y quebraron la democracia.

Segun lo recuerdan desde la Comisión Municipal por la Memoria de Mercedes, Amer Francisco “Curro” Iriart nació en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 4 de mayo de 1951.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela N° 10 y los secundarios en el Colegio Nacional “Florentino Ameghino”, siendo su abanderado.

Inició sus estudios universitarios en la Ciudad de Buenos Aires, cursando hasta 3° año de Ingeniería y luego dos años de Sociología. Trabajaba como cadete en una firma comercial y estudiaba teatro.

En Mercedes fue fundador y principal referente de la organización de la Juventud Peronista.

En el año 1974 se casó con María Mercedes Juárez y en 1976 nació su hija Paula Martina Iriart, con quien sólo pudo compartir sus primeros meses de vida.

A los 26 años de edad fue secuestrado y desaparecido en Capital Federal el 4 de junio de 1977.

«Queremos destacar que sus virtudes personales de militante comprometido, altruista, humilde y solidario han sido cualidades siempre presentes en el recuerdo de quienes lo conocieron y le otorgan al entrañable “Curro” un meritorio reconocimiento en su rol de dirigente político de la Juventud Peronista mercedina», expresaron en su memoria.

«A un nuevo aniversario de su desaparición, por él y por los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos y asesinados decimos ¡PRESENTES! No olvidamos, sostenemos la memoria, reclamamos la verdad, luchamos contra la impunidad y exigimos juicio y castigo a todos los culpables», destacaron en pedido de Memoria, Verdad y Justicia, desde la Comisión Municipal por la Memoria de Mercedes.

«Era de un carisma particular, una persona excepcional. Estaba comprometido en la construcción de una sociedad con mayor igualdad, solidaria, más justa. Y esa característica si bien tiene que ver con su personalidad ha sido la constante del clima familiar que vivimos en esta casa, y crecimos juntos ya que nuestros padres vivieron con el mismo objetivo en las funciones que les tocó desempeñar. Así se vivía naturalmente en esta casa, era la atmósfera que se respiraba”, dijo su hermana Nora sobre él en 2007, cuando se colocó una baldosa en su memoria en la casa paterna de 28 casi esquina 25.