Informó la Universidad Nacional de Luján (UNLu) que investigadores de esa Casa trabajan este lunes 10 en San Pedro en la evaluación de cadenas halladas a orillas del Río Paraná. Serían las que utilizaron las tropas nacionales para cerrar el paso a la escuadra anglo francesa en la batalla de la Vuelta de Obligado.
Mariano Ramos, doctor en Arqueología y director del Programa de Arqueología Histórica de la UNLu, contó que hace una semana un pescador enganchó una cadena justo en el filo de la costa y dio aviso a la Prefectura que, a su vez, se comunicó con el Instituto Nacional de Antropología.
Ramos fue notificado enseguida del hallazgo, ya que desde hace 20 años realiza investigaciones arqueológicas sobre el enfrentamiento sucedido en 1845 y del que ya había encontrado fragmentos de bombas de hierro, perdigones, restos de botellas, “piedras de chispa” y cerámicas, entre otros elementos.
Favoreció la posibilidad de encontrar las cadenas la histórica bajante del río y que la Municipalidad de San Pedro lleve adelante una obra por la que se remueve tierra en el camino costero, donde también fueron hallados otros eslabones.
Podrían ser los extremos de las que usaron las tropas de Lucio Mansilla ya que presentan características similares a las cadenas de la época.
Para el investigador de la UNLu, podrían ser los extremos de las que usaron las tropas de Lucio Mansilla ya que presentan características similares a las cadenas de la época, que cuentan con “contretes” cruzados perpendicularmente. La ubicación del hallazgo también sustenta esta posibilidad.
“Estas cadenas son muy simbólicas porque representan un hecho de resistencia anti imperialista ante Inglaterra y Francia que querían navegar a su antojo los ríos interiores de una nación soberana y desde el punto de vista arqueológico su hallazgo constituye un gran avance en el conocimiento de como estaba montado el sistema defensivo en el Paraná”, explicó el arqueólogo.
Ramos destacó la colaboración de Verónica Burgos, responsable del Museo de la Batalla, quien tomó las primeras imágenes de las cadenas, al pescador Juan Báez, a la Prefectura, al Instituto Nacional de Antropología y a la UNLu que apoya esta investigación desde hace veinte años.