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Mes de las infancias: los regalos que no se compran

Por Alberto Arribas

El mes de agosto es uno de los momentos más esperados para las niñas y los niños. Un período donde comercialmente se pone el foco en las infancias. Vemos mayores propuestas artísticas, celebraciones especiales, adultos más disponibles y recordamos la importancia de cuidar más la niñez. Sin embargo, es necesario para construir infancias más saludables, que las acciones que suceden en esa fecha específica tomen mayor protagonismo en la vida diaria. ¿Por qué esperar sólo momentos especiales, cuando lo especial debería ser todos los días? Sería interesante poder cambiar la mirada de lo que es realmente importante. Las niñas y niños están en una etapa de aprendizajes, descubrimientos, construcciones de vínculos fuertes y adquisición de hábitos, y para ello, necesitan de adultos sensibles y disponibles ante sus búsquedas.

Intentemos reflexionar sobre nuestro accionar como adultos. Trabajamos cada vez más para poder comprar el último juguete de moda, cambiamos año tras año las consolas digitales, realizamos celebraciones ostentosas que muchas veces los pequeños no necesitan, ya que su mayor interés es jugar. Todo esto, va desplazando la importancia del tiempo para compartir junto a ellos con cuerpo y emociones presentes. Por eso es muy valioso preguntarnos el qué necesitan las niñas y los niños y para qué lo necesitan, ya que esto nos llevará a que “lo esencial sea visible a los ojos”.

Busquemos juntos el mejor regalo.

PALABRAS y MIRADAS AMOROSAS. Decir “gracias”, “perdón”, “lo importante es intentarlo”, “sos valioso” y “te amo”, hacen la gran diferencia, no tienen precio y nos ayudan a construir infancias saludables. Necesitamos que vuelva a tener sentido el valor de “La Palabra”, sabiendo que la misma debe acompañarse con actitudes, gestos y miradas.

DEJARLOS SER NIÑAS Y NIÑOS. La infancia es una gran etapa para explorar y aprender a disfrutar de las pequeñas cosas: correr bajo la lluvia, juntar variedades de hojas del parque, crear historias con finales impensados, tener una curiosidad incansable o contemplar las estrellas tirados en el suelo. Y para que todo esto suceda debemos dejar de adultizar la infancia. A diario, vemos cada vez más a niñas y niños “disfrazados” de adultos, y la pregunta es ¿para qué apurarlos si el mundo de grandes es cada vez más complejo?

MÁS TIEMPO PARA COMPARTIR EN FAMILIA. Las niñas y niños necesitan que los adultos disfruten con ellos salidas, juegos favoritos o un buen libro, sin prisa y sin pantallas. Es importante resignificar los espacios compartidos, siendo la mesa familiar un encuentro lleno de palabras, emociones e historias, entre tantas posibilidades. Éste es un gran espacio para elegir, dentro de lo posible, alimentos más sanos para construir salud.

Como adultos debemos acompañarlos ya que los sistemas alimentarios, la publicidad y los entornos no nos permiten elegir criteriosamente

ALIMENTACIÓN SALUDABLE. Es un excelente regalo, que como adultos tenemos que tratar de garantizar a pesar de que cada vez sea más difícil desde lo económico y lo social. En las comidas deben estar más presentes las frutas y las verduras de estación, las legumbres, los cereales integrales, la leche, el yogurt, el queso, las carnes y el huevo. Si hablamos de bebidas, el agua potable es la mejor bebida para regalar. Los alimentos de mayor preferencia en las niñas y niños como las golosinas, gaseosas y los mal llamados comida chatarra, son alimentos que se pueden ofrecer, pero no deben abundar. La clave está en ayudarlos a elegir opciones y porciones saludables. Como adultos debemos acompañarlos ya que los sistemas alimentarios, la publicidad y los entornos no nos permiten elegir criteriosamente.

COCINAR JUNTOS. Jugar en la cocina nos vincula a nuevos sabores, texturas, aromas que hacen del acto de comer un momento mágico y único. Va más allá de los alimentos, el mismo atraviesa diversas dimensiones como lo cultural y la comensalidad. La cocina es un escenario lúdico que permite aprender habilidades, competencias, rutinas, hábitos de higiene, trabajo en equipo, tolerancia, paciencia y frustraciones, permitiendo una conexión integral con el cuerpo y las emociones. Las niñas y niños necesitan acercarse a la comida casera y más saludable para construir hábitos saludables desde temprana edad.

El mejor regalo para la sociedad son las infancias, necesitamos mirarlas, abrazarlas y que sean una prioridad.

JUGUETES/ JUEGOS. Cuando pensemos en regalar un juguete o juego que la premisa sea que los mismos inviten a crear e imaginar, sin tantos colores, ni sonidos o mecanismos estructurados y finitos. Por suerte, cada vez existen más opciones en el mercado que piensan en entretener, ayudando a desarrollar alguna habilidad. Otra gran opción ecológica y económica es crear junto a ellos juegos o juguetes construidos con materiales reutilizables como latas, cajas, papeles, piedras, hojas de árboles o botellas. Es una excelente oportunidad para hacer uso de sus habilidades sociales, motoras, afectivas y de los valores que se construyen en cada familia.

CONTAR UN CUENTO. Regalarles un cuento cada noche antes de descansar, permitirá conectarse con la magia que tiene narrar historias, llenas de mensajes de superación, resiliencia, amistad, resolución de conflictos y esperanza. Las historias y los cuentos deben ser sentidos por el narrador, sin prisas y con pausas, con palabras, silencios, misterios y onomatopeyas que nos permitan transportarnos a mundos repletos de creatividad. Si los más pequeños reciben este regalo, más un beso y un “siempre estoy”, descansarán saludablemente, esperando otro día a descubrir, sabiendo que no están solos.

LÍMITES. Las niñas y los niños lo necesitan para crecer. Poner límites es saludable, son muy necesarios ya que al ponerlos estamos dotando a la niña y al niño de seguridad y protección. Debemos hacerlo desde el diálogo y la empatía, habilitando a las emociones.

EJEMPLOS PARA IMITAR E INSPIRAR. Las niñas y niños aprenden de lo que ven de los adultos, son sus referentes. Su gran admiración y amor hacia ellos los hace pensar que todas las acciones y actitudes que realizan son cosas buenas a imitar, donde muchas veces no es así. Regalemos ejemplos saludables que puedan imitar como, por ejemplo, ser empáticos, solidarios, sensibles y libres. Todo esto en el mundo complejo que vivimos, llenos de injusticias y malos ejemplos, se hace difícil, por lo que es importante que como adultos podamos registrar los que nos pasa, reflexionar cómo actuamos, qué decimos, qué sentimos y analizar si es un buen ejemplo para imitar. Es la mejor manera de enseñarle a descubrir el maravilloso mundo emocional.

El mejor regalo para la sociedad son las infancias, necesitamos mirarlas, abrazarlas y que sean una prioridad. Trabajemos juntos para que el mes de las infancias, sean todos los meses.


Alberto Arribas es Licenciado en Nutrición (MAT 286), Especialista en Nutrición materno infantil del staff de CRENYF