Por Virginia Altube
Qué día hoy. Escuchando al Quinteto Tiempo, en una entrevista por RNBARILOCHE, que moviliza tantas emociones, tantas imágenes, ufff, tanto futuro.
Y en este marco de una actualidad tan sin cauce, tan precaria de valores, de proyectos de vida comunes… Y arriba, el Día del Maestro, deberíamos decir de los Maestros y las Maestras.
A mí en principio, me recuerda a mi madre, maestra de las de antes… con su delantal blanco, almidonado para los actos escolares, sus aros, su maquillaje, discreto, pero presente, su voz clara, potente, sin llegar a gritar, pero que imponía un sano respeto, entre sonrisas, y algún ceño fruncido… Pero así eran todas las maestras, no se distinguía la buena, se distinguía la que no hacía bien su trabajo.
Y desde ese recuerdo muy emocional, desde ese lugar luminoso, para mí, ya que lo miro desde aquella niña que fuí, paso a mirar esta realidad, donde la escuela casi ha desaparecido, donde en una estrategia, que la verdad no me parece casual, se nos han impuesto las redes sociales, o la comunicación por internet (pandemia y cuarentena mediante)
Y pienso si es casual o es consecuencia «inevitable» de esta cuarentena que los sectores más golpeados hayan sido la cultura, el arte, los ciudadanos socialmente más vulnerables, los niños y las niñas…
Bueno… para mí se ven los hilos, cada vez más.
Pienso si es casual o es consecuencia «inevitable» de esta cuarentena que los sectores más golpeados hayan sido la cultura, el arte, los ciudadanos socialmente más vulnerables, los niños y las niñas…
Y recordé la terrible década del 90, cuando comenzó la destrucción sistemática de la escuela pública, cuando los docentes fuimos cuestionados, precarizados, empujados a una lucha que no podíamos parar, huelgas y paros de actividades, cortes de rutas, juicios, empobrecimiento.
Después vinieron algunos momentos un poco mejores, pero el daño ya estaba hecho.
Ahora, que ya no estoy más en el sistema, me pregunto: ¿Hacia dónde va todo esto?
¿Es necesaria esta escuela que empieza a desdibujarse, entre burbujas, mascarillas y pantallas (que además no todos los niños y niñas tienen)?
Otra vez la desigualdad, cada vez más potente, pero más sutil…
¿Adónde van a encontrar otras realidades, otras propuestas culturales los niños, los adolescentes que tienen su mundo marcado por un celular, si la escuela se sigue debilitando?
Bueno… cuánto más para decir, para pensar, para hacer.
Habrá que estar alerta: el alma alerta, el corazón tranquilo. Pero no naturalizar estas cosas que ocurren, bueno, es mi pensamiento, no apelar tanto al sentido común, el más conservador de los sentidos (no lo digo yo).
Y sí, que sea un buen día del Maestro. A pesar de todo, la sociedad, siempre sigue esperando mucho de los maestros y las maestras.
Mi abrazo a quienes lo fueron, y a quienes lo son hoy, y trabajan en medio de una situación tan adversa.
* Virginia Altube es docente jubilada y cantante