La Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), al igual que la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera a la obesidad como una enfermedad crónica responsable de diversos factores que aceleran la mortalidad prematura, tales como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, entre otros.
Al respecto, la presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición, Mónica Katz, refiere que el reconocimiento de la obesidad como enfermedad tuvo lugar por la OMS hace más de 70 años. No obstante, todavía n o ha sido declarada como enfermedad en Argentina.
En la comunidad científica hay un consenso de que la obesidad requiere de una labor multisectorial en la que participen autoridades sanitarias con políticas públicas claras, la industria alimentaria —con la reformulación de ingredientes—, los medios y las redes para educar y concienciar a la población, así como protegerla de la desinformación.
La OMS define a la enfermedad como una alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, la cual tiene síntomas y signos que la caracterizan. La obesidad cumple estas características, entre las que su condición inflamatoria es la más notoria, con el aumento del tejido adiposo.
Entre los principales o posibles síntomas, tenemos la sensación de apetito constante, la poca saciedad, dolor articular, alteración en la temperatura corporal, trastornos en el estado de ánimo, entre otros. De acuerdo con la secretaría de la SAN, la médica especialista en Obesidad, Ana Cappelletti, el entorno desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad.
“Las prácticas de comercialización de alimentos, las barreras a la actividad física, los variados determinantes sociales de la salud como la pobreza, los bajos niveles de educación y el estigma de la obesidad son mediadores de su alta prevalencia e impactan en su tratamiento”, sostiene.
Los expertos han resaltado la necesidad de tener una vigilancia constante en el índice de masa corporal, a fin de implementar intervenciones basadas en la evidencia y adoptar soluciones efectivas contra la enfermedad. La deficiente alimentación es un agravante del problema, por lo que la concienciación y la adecuada información resultan de vital importancia.
Además de consumir alimentos nutritivos, las personas deben comprender la importancia de ingerir minerales que participen en la digestión. Uno de ellos es el magnesio, el cual está presente en los vegetales de color oscuro. El magnesio interviene en la conversión de glucosa a energía a tiempo, con lo que evita que el azúcar se convierta en grasa en el organismo.
Por otro lado, desde la SAN sostienen que es necesario cambiar el pensamiento de que la obesidad es una responsabilidad individual, a fin de reducir el estigma y la discriminación a quienes padecen obesidad. También hace falta contar con un programa sanitario especial dedicado a la prevención de la ganancia de peso. El gran objetivo es disminuir las cifras de obesidad que sitúan a Argentina detrás de México como el país con mayor número de personas con sobrepeso en la región.