El retorno a las clases presenciales en “El Limonero” se está dando de manera gradual por estos días. La pandemia sigue pero se está generando en la Argentina una nueva normalidad. Los 20 años de vida del espacio cultural le llegaron en un momento particular, pero con esfuerzo pudieron seguir adelante. En el espacio de calle 21 entre 14 y 16 ya tienen talleres presenciales en marcha y programan, con entusiasmo, más actividades para el mes próximo.
“Pedimos autorización, nos tenemos que inscribir en la web del municipio y hay que seguir un protocolo estricto”, comentó a este medio el artista Pablo Russo, alma mater de El Limonero. “Empezamos dando clases en el patio de El Limonero, con pocos alumnos, grupos reducidos y estamos los días jueves por la mañana de 10 a 12 y por la tarde de 14 a 16 horas”, amplió Russo.
En el distrito Mercedes desde la semana pasada ya se pueden dar clases en espacios cerrados y ventilados, y con capacidad limitada de alumnos. “Acá tenemos muchas salas y no tenemos problemas. Son grandes y podemos dividir a los alumnos en grupos. Pero todo va lentamente porque no todos pueden integrarse y lleva todo un trabajo, hay un volver a empezar. Esto nos entusiasma y estamos acondicionando el espacio para el reencuentro con los alumnos de manera presencial”, dijo Russo, contento por el actual contexto.
«Al principio tuvimos mucha incertidumbre y angustia porque no sabíamos qué iba a pasar al mes siguiente. Creamos con mi madre un emprendimiento de Textiles con Arte que son almohadones estampados, y con eso pudimos palear la situación en parte, poniéndole mucha energía además a la Tienda de El Limonero, que es un local muy pequeño que tenemos en un rincón de la casa»
Pero fueron 8 meses muy difíciles, en los que hubo que resistir. “Al principio tuvimos mucha incertidumbre y angustia porque no sabíamos qué iba a pasar al mes siguiente. Creamos con mi madre un emprendimiento de Textiles con Arte que son almohadones estampados, y con eso pudimos palear la situación en parte, poniéndole mucha energía además a la Tienda de El Limonero, que es un local muy pequeño que tenemos en un rincón de la casa. Lo pusimos lindo para mostrar todas las obras que se hacen: pinturas, grabados, cuadros enmarcados, y agregamos bijou y ropa, además de los almohadones y los libros de artista con El Limonero de Papel que tiene muchos trabajos que tienen que ver con el arte impreso”, comentó Pablo Russo.
Consultado en cuanto a qué pudo aprender de esta situación particular, resaltó la importancia de tener herramientas para poder desafiar cualquier inconveniente, “sea traumático, angustiante o como en este caso inusual y nuevo”, con forma de pandemia. “Una de las herramientas fue el arte, algo muy importante para mí y para la gente. Pero sobre todo hay que ser solidario, es fundamental en una situación angustiante como la que vivimos. La solidaridad es lo más importante y hay que trabajar colectivamente. A pesar de estar aislados, no hay que aislarse. Aprovechar la tecnología al máximo, más allá de que a veces reneguemos de ella, en esta situación fue fundamental”, dijo.
El artista cree que son muy importantes los espacios culturales, de recreación, la música, el teatro, la danza, las artes visuales… “Tengo esperanzas de que la gente vuelva a esta nueva normalidad y nos acompañe a todos los artistas y los espacios que durante tantos meses estuvimos parados”, comentó.
En El Limonero están retomando entonces las clases presenciales, con talleres de pintura y de cerámica para adultos. En diciembre piensan además agregar nuevas actividades. “Seguimos organizando muestras virtuales, fue muy exitoso el Mes del Grabado en octubre donde fuimos uno de los organizadores, y estamos proyectando una feria al aire libre que se hará regularmente en El Limonero, y para diciembre tendrá una edición. Estamos entusiasmados”, concluyó Russo.