Personal de la empresa Triviño Construcciones avanzó esta semana en la demolición del puente de hormigón que unía Goldney y Olivera, sobre el Río Luján, y que será reemplazado por una estructura de mayor tamaño como parte de las obras para la prevención de inundaciones.
Los movimientos de suelo en el lugar comenzaron en agosto pero la tarea se intensificó en octubre con el tendido de una pasarela para permitir el tránsito liviano, incluido el colectivo, mientras se construye la nueva estructura, obra que tiene un plazo de un año.
Concluido el paso provisorio, empezó la acción para dos gigantescos martillos neumáticos que, montados en máquinas viales, comenzaron a picar los laterales y la parte central del puente, finalizando así con casi 70 años de servicio de esa construcción.
Graciela Macagno, directora del Museo Histórico “Donato Macagno” de Olivera, explicó a Noticias Mercedinas que el puente fue construido en los primeros años ‘50, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, por impulso del empresario Miguel Miranda.
El puente fue construido en los primeros años ‘50 por impulso del empresario Miguel Miranda.
Conocido como “el rey de la hojalata”, Miranda fue director del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) y presidente del Banco Central. Durante el primer gobierno peronista tuvo un rol destacado en la nacionalización de los ferrocarriles.
Macagno contó que Miranda tenía una fábrica de productos lácteos en la localidad mercedina, por lo que favoreció el tendido vial de con bloques de hormigón hasta esa localidad y la erección de la estructura que sustituiría al antiguo “puente de fierro”.
Declarado “Patrimonio Histórico de Luján”, por su parte, el puente metálico fue instalado en 1874, como un regalo del presidente Domingo Faustino Sarmiento al ingeniero Eduardo Olivera, dueño de la estancia “Las Acacias” y destacado dirigente de la Sociedad Rural Argentina.
“Iba un puente de madera pero, como era la ruta a San Juan, Sarmiento propició que se utilice un puente de hierro”, contó Macagno. Cuenta con una estructura similar a la de la Torre Eiffel, con sus característicos remaches o roblones que unen las planchas metálicas.
Pocos años después de su inauguración, en 1880, el puente fue escenario de la Batalla de Olivera, entre las fuerzas nacionales y provinciales, en la que se batieron miles de milicianos y soldados, cientos de los cuales fueron muertos en el lugar.
El nuevo puente de Olivera alcanzará los 61 metros de largo, 25 más que los 36 metros de su predecesor, y estará 50 centímetros más elevado. El puente histórico permanecerá en su lugar, aunque con un sistema de alcantarillas que favorezca el escurrimiento del agua, objetivo de la obra.
Los vecinos de la zona apuntan a que ese tramo del Río Luján se convierta en un espacio recreativo y cultural para los pobladores y también de interés para los visitantes, de modo de fomentar el turismo rural para dinamizar la economía de ambas localidades.