Las organizaciones que conforman la Red del Río Luján junto con autoconvocados/as, vecinos/as, damnificados/as por las inundaciones y personas sensibilizadas con los daños que causarían las obras hidráulicas planificadas en el río Luján, manifestaron, una vez más, preocupación y rechazo a la convocatoria del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) a una «instancia de supuesta participación ciudadana referida a las obras que incumplen con lo establecido en la legislación ambiental atentando contra la calidad democrática».
«El motivo del rechazo se debe a que la participación de la comunidad se circunscribe únicamente al envío de un e-mail a una casilla de correo, a través del cual enviar las consultas, críticas y sugerencias a las obras planteadas, y esperar que eventualmente, si lo consideran oportuno, respondan de alguna manera no especificada. La publicación se realizó a través de redes sociales sin tener en cuenta el plazo de anticipación que exige la ley ni una reglamentación específica para esta modalidad. La modalidad virtual, por su parte, aleja la posibilidad de participación de muchos vecinos sin conocimientos o acceso a redes», expresan desde SOS Hábitat.
Queremos democracia y participación ciudadana real, queremos que se escuche a la comunidad científica y se tenga en cuenta a quienes protegemos el río y los humedales. Necesitamos el río vivo, sano y libre para que cumpla con todas sus funciones que resultan vitales para la vida en general y nuestra vida en sociedad.
«No tienen en cuenta el recurso de amparo presentado por distintas organizaciones, cuestionando las obras licitadas para la primera etapa, para la cual no se efectuaron las requeridas audiencias públicas y, en cambio, se intentó disfrazar algunas presentaciones públicas del proyecto como si fueran audiencias o consultas que es lo que exige la ley. Denunciamos el atropello e intento de avanzar con las obras anunciadas, engañando a la población, justificando el sacrificio del río y los humedales mediante su supuesto beneficio», dicen.
Y plantean que para evitar las inundaciones «necesitamos más humedales y no menos, necesitamos obras, sí, pero no de este tipo, que de realizarse acabarían con gran parte de la vida, y las funciones vitales del río y los humedales».
«Manifestamos nuestra preocupación, empatía y compromiso con quienes se inundan con cada tormenta, pero no es destruyendo la dinámica del río cómo se solucionarán. De hecho la documentación técnica que avala las obras son muy claras al mencionar que las mismas no serán una solución para las inundaciones. Países con vasta experiencia en inundaciones vienen orientando la gestión de las mismas en otro sentido, recuperar los cauces originales de los cursos de agua, recomponer humedales y meandros, eliminar canalizaciones, represas y obstáculos para el libre escurrimiento de las aguas, generar sistemas de alerta temprana y planes de contingencia y protección individual de propiedades. Velamos por resolver y evitar las inundaciones severas, que son las que producen daños y perjuicios a la población, pero sin dañar la forma, las características únicas y el natural y vital funcionamiento del río y los humedales», concluyen y se manifiestan «abiertos al diálogo, real, abierto, consistente y congruente con la democracia».
A su vez, intiman a los ministerios y secretarías, a los gobiernos Nacional, Provincial y Municipales a que generen las instancias de participación ciudadana que la democracia demanda. Y a definir con la población cómo vamos a enfrentar, adaptar y mitigar los efectos negativos que nos muestra el actual y futuro contexto Climático, Ambiental, Ecológico y Ecosistémico, sin dañar el río y los humedales.
E invitan a toda la población a sumarse a la defensa del río y los humedales, y a «encontrar juntos y democráticamente la solución a las inundaciones, más beneficiosa, acorde y consecuente con la realidad que vivimos y por venir».