Los préstamos personales, también conocidos como “créditos” a secas y las tarjetas de crédito, ofrecen una manera de pedir fondos a un banco con dinero del que no disponemos actualmente.
Tanto en los contratos de solicitud de un crédito como en la solicitud de una tarjeta de crédito, deberás aceptar ciertas condiciones referentes a tasas de intereses, pagos mensuales que incluyen un principal e intereses, cuotas por pago tardío, cantidades límite y muchas cosas más.
Pero, más allá de sus atributos similares, existen también diferencias elementales entre las tarjetas de crédito y los créditos, cosas que harán que terminemos optando por uno u otro, como por ejemplo los términos de pago.
Tal vez hay una situación particular por la que podamos estar necesitando de créditos rápidos sin nómina o, tal vez busquemos darnos un capricho rápido de manera cómoda ¿Cómo saber por cuál de los dos optar? Para responder esta pregunta, hemos recopilado para ti una pequeña y comprehensiva lista de diferencias y similitudes fundamentales entre los créditos y las tarjetas de crédito.
Comprendiendo el historial crediticio
Lo más importante es empezar por lo común entre los dos tipos de crédito que ahora evaluamos ¿Alguna vez has escuchado la expresión “figurar en el Veraz”? Pues bien, esto está fuertemente conectado con el concepto del historial crediticio. El historial crediticio es básicamente un complejo informe financiero, realizado por analistas de calibre mundial, quienes determinan el nivel de seguridad que tendrá el banco a la hora de prestar dinero a un cliente. En pocas palabras, el índice o “score” crediticio que te asignen estos analistas indicará al banco la probabilidad de que les regreses su dinero sano y salvo, además de unos jugosos intereses, por supuesto. En Argentina, el Veraz es un informe que registra a los deudores, y estar en el Veraz significarán muy malas noticias para tu historial crediticio. Y, dado que tanto la obtención de créditos como de tarjetas de crédito dependen poderosamente de tu score crediticio, será mejor protegerlo lo más que puedas.
Diferentes tipos de requisitos
A pesar de que ambas opciones ponen dinero a tu alcance, los préstamos y las tarjetas de crédito usualmente tienen requisitos distintos a la hora de solicitarlos. Uno de ellos, especialmente para las tarjetas de crédito, podría ser el contar con un trabajo estable, es decir, pertenecer de manera fija a una nómina. Esto les ayuda a los bancos a determinar que serás capaz de pagar de vuelta el dinero que gastes con la tarjeta. Entonces, si no tienes un trabajo con sueldo estable y predecible, ¿Acaso no podrás contar con la útil herramienta del crédito? ¡Nada de eso! Para ello, puedes acudir sin ningún problema a los créditos sin nómina, un tipo especial de préstamo que fue hecho justo con ese objetivo en mente, el de ayudar financieramente a aquellos que no disponen de un empleo estable y aun así necesiten de un préstamo.
¿Corto o largo plazo?
Si tienes que escoger entre solicitar un crédito o una tarjeta de crédito, es importante que te hagas esta pregunta: ¿Necesito el dinero para un gasto individual a corto o mediano plazo, o lo necesito para muchos gastos indefinidos y a largo plazo? Tu respuesta a esa pregunta te llevará en una u otra dirección. Los préstamos son ideales para gastos puntuales, algo que debes pagar una sola vez. Por otra parte, las tarjetas de crédito se hacen especialmente útiles cuando necesitamos tener acceso indefinido a dinero prestado. Sin embargo, ¡No te dejes engañar! Ya que precisamente en esta ventaja de las tarjetas de crédito se oculta también la razón por la que miles de personas se ahogan en deudas, por la facilidad con la que podemos gastar dinero con estas tarjetas. Por lo que, si eres de esos a los que les cuesta contenerse antes de salir y darse mil caprichos, tal vez una tarjeta de crédito no sea lo mejor para ti.
Intereses
Sabemos muy bien que todos los préstamos que solicitemos debemos pagarlos eventualmente, ya sea por un crédito o con tarjetas de crédito. Sin embargo, las tasas de intereses de estas dos herramientas financieras pueden ser muy diferentes, e incluso varían entre bancos y a su vez, se verán afectados por tu historial crediticio. Las tarjetas de crédito, al ser un instrumento de largo plazo (sin un fin definido del préstamo), suelen tener una tasa de interés más alta que en los préstamos o créditos. Así que, si no te emociona mucho la idea de pagar demasiados intereses para tu proyecto, podrías guardar esa seductora tarjeta de crédito de vuelta en el cajón, y considerar pedir un préstamo. Al final del día, tanto los préstamos como las tarjetas de crédito pueden ser muy útiles si sabemos utilizarlos de manera inteligente, especialmente si sabemos pagar las deudas de manera pronta y responsable.