El agua es un recurso natural imprescindible para la vida en este planeta. De hecho, uno de los indicadores de calidad de vida está relacionado al acceso al agua potable y al tratamiento de aguas residuales; pues de esto depende en gran medida la salud y bienestar de las personas a corto y largo plazo. De allí que el tratamiento adecuado de las aguas servidas sea tan prioritario como el solucionar la escasez y disponibilidad del agua.
El agua residual de la actividad humana sale cargada de una gran variedad de contaminantes, desde restos de detergentes hasta residuos orgánicos como heces y orina. Si estas aguas se devuelven al medio natural sin ningún tratamiento, tendrá un grave impacto ambiental. Primero permearán a las fuentes de agua subterráneas y superficiales, contaminándolas. Esto causará graves enfermedades en la comunidad como diarreas, disentería, cólera, entre muchas otras. Si el agua se usa para regar los cultivos, entonces se seguirán diseminando las enfermedades.
Otro gran problema está relacionado con la destrucción del ecosistema y el medio ambiente. Los detergentes y limpiadores afectan directamente a los peces y otros animales. El exceso de desechos orgánicos estimula el crecimiento de las bacterias que se encargan de degradarlos, por lo que consumirán todo el oxígeno disponible en el agua, matando a los otros seres vivos y destruyendo el equilibrio natural.
Todas estas consecuencias negativas ocurren en un mediano y corto plazo, mientras que existen otros problemas inmediatos como malos olores, presencia de moscas, roedores y otras plagas atraídas por los desechos y más.
Esto hace imprescindible contar con soluciones reales y efectivas para el tratamiento de las aguas servidas, pues si bien en el pasado se utilizaban sistemas como la fosa séptica y pozos negros, estos no hacen un buen trabajo además que resultan muy costosos; sobre todo porque requieren un mantenimiento más o menos periódico, hecho por profesionales. Además, suelen ser propensos a fugas y contaminan.
Para quienes no tienen la posibilidad de contar con una conexión al sistema municipal de tratamiento de aguas o quienes están en regiones con sistemas colapsados, es posible contar con un sistema independientes como el biodigestor Rotoplas, que se encargará de hacer un tratamiento primario eficiente de las aguas negras residenciales.
Utilizando un proceso anaerobio completamente natural, el biodigestor previene la contaminación de los mantos freáticos, previene enfermedades, además de ser discreto, fácil de instalar y económico.
El biodigestor no requiere mantenimientos costosos, es autolimpiable y respetuoso con el medio ambiente pues elimina los contaminantes antes de devolver las aguas a la naturaleza. No utiliza electricidad ni baterías, por lo que es realmente autónomo e higiénico. El biodigestor es la verdadera solución para el tratamiento de aguas residuales en lugares donde no se cuente con los sistemas públicos.