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El gran reto de los argentinos en Qatar 2022

Noviembre de 2022, esa es la fecha que esperan con muchas ganas todos los aficionados argentinos. La Albiceleste volverá a competir en un Mundial. Lo hará en Qatar, en unas fechas inéditas y en un buen momento de forma. Se espera que el combinado liderado por Leo Messi siga con la buena racha cosechada desde la Copa América del mes de julio de 2021 y ofrezca un papel digno de la camiseta que defienden.

En un principio, se ha tenido suerte en el sorteo de la fase de grupos. Como cabeza de serie del Grupo C, se verán las caras contra tres combinados aparentemente asequibles como son Arabia SaudíMéxico y Polonia. Aunque nadie se puede permitir un resbalón en las primeras jornadas, muy mal deberían ir las cosas para no ver a la selección pasando de ronda y colocarse entre los dieciséis mejores del mundo.

La locura del Mundial

La relación de Argentina con las Copas del Mundo es especial. Solamente han podido levantar la tan deseada copa hasta en dos ocasiones, 1978 y 1986, y se tiene la confianza de que esta puede ser una ocasión ideal. El técnico ha conseguido encontrar el equilibrio de un grupo que combina jugadores veteranos y jóvenes promesas y que, además, no tiene duda alguna sobre cuál es el estilo de juego que más le conviene para sacar buenos resultados.

La presión del pueblo argentino hacia su combinado nacional es enorme, pero esto no presenta ninguna novedad. Cuando las cosas no van como uno desea, es fuertemente criticada; pero, cuando el viento sopla a su favor, empujan como pocas aficiones. Sirve como precedente el Mundial de Rusia, donde se llegaron a desplazar hasta 36.000 aficionados del país, siendo el segundo combinado que más gente movilizaba. El primero fue México, con 44.000.

No es de extrañar que la FIFA, organizadora de la competición, haya reservado los choques del Grupo C en los mejores estadios. Solo para el encuentro entre mexicanos y argentinos se han solicitado más de 140.000 localidades, el doble del aforo del Estadio de Lusail. Se espera que cada encuentro de la Albiceleste sea una fiesta, tanto en el césped como en las gradas, y eso puede pesar más de la cuenta a un equipo que ya cuenta con mucha presión.

A todo esto, cabe destacar las buenas sensaciones que ha transmitido Argentina en los últimos tiempos. En julio de 2021 levantaron la Copa América en territorio brasileño y contra el eterno rival, y firmaron una fase de clasificación para el Mundial prácticamente impoluta. De los diecisiete encuentros disputados, se firmaron once victorias, seis empates y ninguna derrota. Solo Brasil lo hizo mejor con catorce victorias y tres empates.

Así pues, no se puede obviar la presión e importancia mediática que envuelve al fútbol argentino como ya se puede ver en los diferentes medios de comunicación, así como en las principales casas de apuestas y sus pronósticos deportivos. A Argentina se le cuelga el cartel de favorita, justo por detrás de otros combinados potentes y en forma como Francia, la vigente campeona, y Brasil, una histórica en este tipo de torneos. ¿Sabrán los de Lionel Scaloni lidiar con la presión?

La última oportunidad de Messi

Hablar del combinado nacional en la actualidad es sinónimo de Leo Messi. Con la consecución del título americano, el ahora futbolista del PSG se sacó de encima un peso enorme con la selección. Iba de frustración en frustración e incluso llegó a retirarse momentáneamente después de una derrota en la Copa América 2015. Ahora, con esos fantasmas ya lejos, parece más motivado que nunca para seguir haciendo historia.

Y es que al capitán se le terminan las opciones de disputar más Mundiales. Rozó la gloria con los dedos en Brasil 2014 y quiere culminarlo en Qatar 2022. A sus 34 años, se agotan las opciones de llegar a la cita mundialista en un buen momento y conseguir la tan deseada Copa sería poner el broche dorado a una carrera de leyenda.

Jugadores históricos de la Albiceleste como el Kun Agüero o Gonzalo Higuaín ya no estarán por motivos diversos. También puede ser la última competición intercontinental para jugadores importantes del plantel en estos últimos años para el país como Nicolás Otamendi (34 años) o Ángel Di María (34). Por fortuna para Scaloni y para todos los argentinos, hay otros futbolistas que todavía tienen cuerda para rato: Rodrigo de Paul (27), Leandro Paredes (27) o Lautaro Martínez (24).

La espina de Brasil 2014

Argentina deberá pasar página a la historia y superar los fantasmas de las finales perdidas en el pasado reciente. Ya demostraron en la última Copa América, que desató la locura en las calles, haber dado pasos importantes en este sentido y eso se debe, en gran parte, al relevo generacional. La victoria en julio en Brasil tapó las frustraciones de Chile 2015 y de Estados Unidos 2016. ¿Se verá la misma reacción de rabia y reivindicación en Qatar?

En el país asiático, el combinado nacional deberá demostrar que es una de las grandes, tanto por jugadores como en mentalidad. Hizo mucho daño la derrota en la prórroga en el Mundial de Brasil de 2014 contra Alemania, y en Rusia 2018 hincaron la rodilla antes de tiempo ante la todopoderosa Francia en octavos de final, que pasó por encima del cuadro albiceleste. Pero ahora la situación es diferente, hay nuevos jugadores y, sobre todo, nada condicionados por las derrotas vividas en el pasado.

El homenaje a Maradona

El 25 de noviembre de 2020 dejó este mundo una de las mayores leyendas, si no la más grande, del deporte rey: Diego Armando Maradona. El Pelusa no solamente hizo grande a un Nápoles que andaba perdido por Italia, sino que consiguió hacer tocar la gloria con los dedos al pueblo argentino firmando una copa intercontinental en la que fue la figura más destacada, la Copa del Mundo de México 1986.

En el mes de julio de 2021, una vez levantada la Copa América, los homenajes y referencias al 10 fueron constantes. ¿Qué mejor que dedicarle dos años después de su fallecimiento un Mundial, el tercero de la historia del país? La plantilla es consciente de ello, de lo que significaría para todo el pueblo y para el Pibe de Oro que, como dijo Messi en la celebración ante Brasil, “seguro que nos estaba bancando desde el cielo”.