El atleta mercedino Diego Coria es el ganador de los últimos 12 K corridos en Mercedes y tiene una historia de esfuerzo y mucho entrenamiento con la que cuenta en su haber. A sus 41 años, se dedica a la albañilería y la práctica del deporte lo mantiene en un nivel de alta competencia en el que siempre va más allá, con esfuerzo y dedicación.
Con un perfil muy humilde y tranquilo, Coria aceptó la entrevista con este medio, en la que dejó en claro la necesidad de dar apoyo a la actividad y a sus practicantes, desde jóvenes.
■ Tenes una impresionante trayectoria en carreras de distintas distancias. ¿Cómo te preparás para rendir así?
EL rendimiento se debe a seguir una rutina. Soy muy estricto en la rutina de entrenamiento que me pasa Jonatan Caruso, a quien tengo como entrenador y compañero de entrenamiento. Hay que seguir a rajatabla las diferentes variedades de entrenamiento. Yo lo hago 6 días a la semana.
■ ¿Esto implicó algún cambio de hábito alimenticio?
Por ahora no. Siempre me gustó cuidarme con los alimentos y mucho no varió. Mayormente como siempre lo mismo. Pero estoy tratando de dejar las facturas y me cuesta. Yo no necesité tener un brusco cambio de hábitos, porque siempre me cuidé en ese sentido.
■ ¿Y por qué las carreras o el trail? ¿Siempre te gustó o te involucraste primero con otros deportes?
No corro Trail, me encantaría. Pero cuando jugaba a la pelota me han pegado mucho en el tobillo. Me gustan más las carreras de calle, a los cross los corro con miedo, con temor a doblarme el tobillo. Los trail son más exigentes, en caminos más sinuosos y no creo que pueda correr con estabilidad. Prefiero correr en asfalto y a los cross que veo son sencillos los corro. Por ahora me aboco al asfalto y a los cross.
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Diego Coria dueño de los 12 K en el Cross Trail Mercedes
Diego Coria tiene 41 años y hace tres y medio que se dedica a correr. Su trabajo es la albañilería. “Sigo soltero, no tengo familia a mi cargo y eso hace que sea más llevadera la cosa. Está complicado el trabajo, hay poco, pero como no tengo hijos la puedo llevar. Es difícil al estar cortado el trabajo la compra de indumentaria. Entrenar mucho gasta las zapatillas y cada dos meses o dos meses y medio tengo que comprar nuevas para entrenar. Eso cuesta mucho, pero trato de seguir”, dice.
■ Son caros los equipos de entrenamiento, ¿verdad?
Si, todo cuesta de 10 mil pesos para arriba. Hay que tener zapatillas para hacer fondo, luego para hacer trabajos de calidad y luego para competencia. Se dificulta un poco pero la vamos llevando. Todo está muy caro. Los equipos deportivos han subido y es una lástima porque hay jóvenes que mayormente no hacen deportes por el tema del calzado. Es bueno que se ayude a los clubes para que todos pueden hacer deporte, pero en lo personal a mí se me hace un poco caro a veces.
■ ¿Debería fomentarse más el apoyo a estas disciplinas?
Si, muchas veces cuando se organizan carreras hay errores porque ponen categorías de 18 a 29 y luego empiezan de 30 a 35 y demás, pero a los más jóvenes los incluyen con las personas que corren fuerte, lo que no los incentiva. Si uno lleva a un chico joven que le hagan descuento, un dos por uno. Si uno empieza a ver la lista de las personas que corren la mayoría son de 30 años para arriba y jóvenes son muy pocos. Creo que no se incentiva la participación con promociones para los más chicos, los menores de 20 años, para que se acerquen y conozcan este deporte, que es bastante lindo y a mí me atrapó. Yo empecé para ayudar a un amigo para que haga algo y terminé corriendo yo.
«Aunque parezca mentira uno puede entrenar bien pero si la cabeza no está fuerte el cuerpo no rinde. Es un 50 por ciento físico y el otro 50 es la cabeza. Si la cabeza dice que abandones por mas que estés bien entrenado abandonás»
■¿Cómo fue eso del comienzo, para ayudar a un amigo?
Fue algo gracioso. Tenía un amigo que corrió una carrera y quería seguir. Como vio que yo jugaba a la pelota y corría sin cansarme me pidió que lo acompañara a entrenar. Así fue que empecé a acompañarlo algunas veces que salía a correr. Luego llego el Cruce de Mercedes y me anoté para acompañarlo. Pero a él le tocó trabajar y luego se terminó lesionando el tobillo, estuvo parado un año y no corrió más. A mí me fue bien en el Cruce de Mercedes y seguí corriendo. Me gustó el ambiente de la gente, que aplaude desde el primero hasta el último que llega. Me gustó y seguí corriendo.
■ Imagino que hay que tener mucha capacidad, fortaleza y resistencia no sólo física sino mental.
Eso es cierto. Aunque parezca mentira uno puede entrenar bien pero si la cabeza no está fuerte el cuerpo no rinde. Es un 50 por ciento físico y el otro 50 es la cabeza. Si la cabeza dice que abandones por mas que estés bien entrenado abandonás. Muchas veces pasa esta crisis que sufre el maratonista o el atleta. Hay que aprender a superarla, ya que todo el oxígeno de la sangre va para los músculos. el cerebro no recibe mucho, el cuerpo está cansado y da ganas de aflojar. Yo entonces recuerdo una de las frases de mi entrenador Caruso, que dice dejá que las piernas corran, ya saben cómo correr, están entrenadas. Entonces cuando llega la crisis dejo que las piernas corran, ya saben el ritmo. Yo miro para adelante y me concentro en correr. Cuando termina la carrera me digo qué bueno que no le hice caso a la cabeza porque sino hubiera abandonado mucho antes. Esto también pasa en los entrenamientos: uno se pregunta para qué entrena y da ganas de aflojar, se siente el cuerpo cansado, pero uno termina el entrenamiento y entiende que el cuerpo rinde más cuando aparentemente está uno cansado.
■ ¿Cuáles son a tu entender tus mejores marcas y triunfos en competencias?
¿Mis mejores marcas? Mayormente trato de mejorar yo, de ganarme, de superarme a mí mismo. Si llego primero o cuarto no importa. Las mejores marcas creo que todavía no las alcancé, en lo que hace a tiempos. Siento que mi cuerpo puede rendir más y me pone contento saber que me siento fuerte y puedo tener mejor rendimiento. En competencias mi mejor triunfo creo que fue en los 21 km que se corrieron en Mercedes. Me animé, sin estar entrenado para eso y fue uno de los mejores logros alcanzados. Estaba entrenando en ese entonces con Silvio Verde, al que le agradezco mucho todo lo que aprendí con él y la ayuda que me dio. Es la carrera que mas me gustó por ahora.
«Es difícil al estar cortado el trabajo la compra de indumentaria. Entrenar mucho gasta las zapatillas y cada dos meses o dos meses y medio tengo que comprar nuevas para entrenar. Eso cuesta mucho, pero trato de seguir»
■¿Y qué le dirías a un pibe que está evaluando la posibilidad de correr? ¿Qué encontraste vos en este deporte?
Le diría a los chicos cuando empiezan a correr que primero se hagan un chequeo cardiovascular y ergonómico, para luego tener una ficha de cómo se encontraban cuando arrancaron y cómo fueron evolucionando. También les diría que si entrenan con entrenador sigan a rajatabla sus consejos. Es tedioso pero ayuda a la resistencia correr despacio. Parece mentira pero a veces se entrena al revés de lo que uno piensa, al igual que en los trabajos de calidad, por más que parezca loco o que está fuera del nivel de uno, hay que respetar lo que dice el entrenador que piensa en el rendimiento y la mejora paulatina de uno. Y yo en el deporte encontré varias cosas: jugando al futbol lo tenía como terapia, corría para sacarme el stress, y en esto encontré algo lindo. En principio no me pegan patadas (ríe), es un deporte muy unido, fuera de las carreras. Poder entrenar con otros corredores es muy lindo, y va más allá de la competencia. La gente es muy unida y se ayuda, hay un ambiente familiar muy diferente al fútbol. Aquí no se escuchan insultos ni gritos hacia los chicos. Eso me gusta.
Coria agradece la nota con la misma sencillez que la arrancó. Luego de la charla y de ir desgranando conceptos, el atleta deja algo más que el sudor que acostumbra en cada carrera: aclara que tiene una muy clara filosofía de vida, es transparente y eso hace que la gratitud entre entrevistador y entrevistado sea mutua.