Este lunes se llevó adelante la inauguración de un mural por parte de la comunidad palotina de San Patricio de Mercedes en homenaje a los sacerdotes y seminaristas asesinados en 1976 durante la dictadura encabezada por Jorge Rafael Videla.
«Acompañamos a la comunidad Palotina en la inauguración de un sentido mural en homenaje y memoria a los curas y seminaristas Palotinos asesinados durante la última dictadura cívico militar», destacó al respecto Juan Ignacio Ustarroz, intendente de la ciudad, a 46 años del quíntuple homicidio que sigue impune.
Asimismo, el jefe comunal felicitó a quienes participaron en su realización y al Colegio San Patricio «por mantener viva la llama de la memoria».
«Continuamos reclamando justicia. Memoria, Verdad y Justicia», dijo Ustarroz.
Toda la Jornada Mural fue declarada de interés legislativo y se concretó en la calle 12 y 21, por parte del grupo cultural «Cruz del Sur», quienes vienen acompañando a la comunidad palotina en la memoria viva de los mártires, en conjunto con los alumnos de la escuela San Patricio y los sacerdotes palotinos. Hoy hubo además una misa alusiva a las 9 en la Iglesia San Patricio y luego se inauguró el mural.
La Masacre fue perpetrada en la madrugada del 4 de julio de 1976, en circunstancias en que un grupo armado de la última dictadura cívico militar, asesinara brutalmente a los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo José Kelly y Pedro Eduardo Dufau y a los seminaristas Salvador Barbeito Doval y José Emilio Barletti en la Parroquia de San Patricio, en el barrio de Belgrano.
Tres sacerdotes y dos seminaristas fueron asesinados en la Iglesia de San Patricio del barrio de Belgrano el 4 de julio de 1976. Pese a que gran parte de la institución católica apoyó el Proceso de Reorganización Nacional, algunos religiosos se posicionaron en contra por la represión social del nuevo gobierno. Los sacerdotes de la ‘Masacre de San Patricio’, al igual que muchos otros, fueron víctimas del terrorismo de Estado.
El asesinato de los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Duffau, y los estudiantes Salvador Barbeito y Emilio Barletti sucedió en la parroquia del barrio de Belgrano, ubicada en Estomba 1942. Los religiosos palotinos fueron brutalmente asesinados el 4 de julio de 1976 por un grupo de tareas de la dictadura militar, que ingresó a la casa parroquial que habitaban los palotinos y, tras identificarlos, los fusiló. En las puertas de dos de las habitaciones de los religiosos, los asesinos dejaron inscripciones en las que acusaban a los palotinos de “envenenar la mente de nuestra juventud”. Los palotinos no fueron miembros formales del Movimiento de Curas Tecermundistas, aunque su prédica coincidía con los sectores eclesiásticos que, hacia fines de los 70, ejercieron un fuerte compromiso con los pobres en el marco de un perfil altamente imbricado con el poder de la Iglesia católica. Si algo caracterizó a este grupo de curas palotinos durante la última dictadura fue la valentía y el compromiso que asumieron al denunciar en sus homilías las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que eran cometidas a partir del ejercicio del terrorismo de Estado. La investigación judicial por la masacre de San Patricio iniciada en 1976, suspendida en 1977 y reabierta en 1984, no descubrió quiénes fueron los autores e instigadores del quíntuple homicidio.