La tierra fértil redunda en un camino provechoso. Esta es una sentencia que, si bien tiene sus raíces en el campo, puede aplicarse a los terrenos más amplios de la vida porque simboliza oportunidades y recursos. A su vez, da cuenta de la calidad con la que se transita cuando el suelo está sabiamente abonado con sustancia noble.
Ese saber es el que permite optimizar e incrementar los rindes del suelo en tiempos de cosecha. Aliadas a esta pericia, las fertilizadoras, según su diseño conocidas también como abonadoras, ocupan un lugar destacado dentro de la maquinaría agrícola con la que debe contar un productor.
Fertilizadoras
Dentro de un circuito virtuoso, la función de estos equipos complementan la serie de labores que buscan aprovechar el rendimiento de la tierra en cualquier estación del año.
En Agroads pueden encontrarse las alternativas y modelos necesarios para cada paso del trabajo diario en el campo. En el caso de las fertilizadores, con sus diferentes características que consagran tipos de funcionamiento: ya sean las que son más pequeñas y actúan por gravedad; las más extendidas centrifugas que esparcen los gránulos mediante discos o por un tubo con movimiento giratorio; o las más modernas neumáticas con una anchura estimada de 24 metros.
De hecho, en la actualidad, uno de los avances más destacados tiene que ver con dispositivos que optimizan el aprovechamiento del abono al precisar su distribución en los discos y mejorar el ingreso considerando el giro de las paletas. Con esta modalidad, se logra que el flujo ingrese de modo tangencial a la máquina, evitando que se desperdicie el contenido que, de otro modo, al ingresar de forma vertical, queda afuera del plato.
Fertilizadoras por dentro
Las fertilizadoras se caracterizan por constar de cinco partes que la definen como tal. Reconocerlas resulta indispensable para garantizar una buena elección de compra.
Por ejemplo, el chasis debe ser sólido y no estar muy gastado si se elige una maquina usada, ya que es el sostén y receptor de todos los esfuerzos que hacen los componentes internos. También debe garantizar un enganche ágil y resistente.
De allí se desprende que, según su modo de tracción, las fertilizadoras pueden diferenciarse en arrastradas, semisuspendidas y suspendidas; o las autopropulsadas que requieren una mayor potencia.
Actualmente en forma de cono o pirámide, la tolva, cuyas formas contribuyen a bajar el centro de gravedad de la máquina, permite un mayor margen de maniobra al conducir. Deben garantizar la salida plena del abono para lo cual, internamente, deben contar con un agitador que remueva los restos. Debido a las propiedades erosivas, se sugiere que sea, si o si, de acero inoxidable.
Los dosificadores funcionan como el corazón de la fertilizadora debido a que se encargan de separar la masa contenida en la tolva. Así, buscan distribuir de manera sensata el abono en el terreno por lo que actúan sincronizados con el movimiento de la máquina.
Los órganos de distribución y almacenamiento son los que sitúan, de forma precisa y uniforme, el fertilizante en la tierra o lo ubican según las necesidades del cultivo.
Pulverizadoras
Autopropulsadas, cuando el tamaño de su tanque es mayor a 4000 litros, de arrastre, cuando se cuenta con una carga de entre 1000 y 4000 litros, o bien montadas, para cargas más chicas, es posible contar con las pulverizadoras más eficientes para mantener el terreno lo más limpio y cuidado posible.
Entre las tareas necesarias para el cuidado y el mantenimiento de la cosecha, pulverizar el campo requiere una labor de ingeniería con el fin de esparcir las gotas de los fitosanitarios y de los fertilizantes del modo más preciso y rendidor posible.
Para llevar este procedimiento, de modo terrestre, es necesario contar con una máquina dinámica y precisa que fraccione el contenido en millones de gotas con el objetivo de potenciar la superficie protegida.
Con las más modernas tecnologías que permiten mensurar con precisión las dosis por kilos, el ancho de labor trabajado en metros y el peso del material empleado, el uso responsable de estas herramientas contribuye, de forma inteligente, a un desarrollo ambiental óptimo. Esto se debe a que evitan el derroche de preparados, así como la pericia para distribuirlos en sitios específicos, donde se necesiten, sin una labor al voleo que redunda en perjuicios
Es por eso que, ante los imprevistos avatares de la naturaleza, como la aparición de plagas, debe contarse con este tipo de equipamiento. No solo representan la innovación que se realiza a diario en el medio rural sino que mantienen la guardia en alto y el camino allanado para nuevas oportunidades.