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¿Qué deberías revisar antes de comprar una camioneta usada?

El mercado de vehículos usados ha aumentado considerablemente, debido a que el precio de los vehículos tuvo aumentos incluso más importantes que los de la inflación a lo largo de todo el año. Los vehículos usados acumulan muy bien el valor de reventa, ya que son activos de alta demanda y con un potencial valor de uso, según los fines que tenga el usuario.

Es por estos motivos que, si estás considerando comprar un vehículo usado y querés saber cómo obtener los mejores resultados, a continuación, te daremos varios consejos útiles. También te explicaremos cómo reconocer si un vehículo (particularmente una camioneta) está en condiciones óptimas para seguir andando.

Revisar primero el chasis y el aspecto exterior

Si vas a comprar una camioneta que fue utilizada con fines utilitarios, es decir, para realizar tareas de trabajo, es muy importante analizar los hábitos de uso de este vehículo. Con esto nos referimos a que, si su dueño fue descuidado o abusó del vehículo, se va a notar en aspectos tan simples como el estado del chasis y de las terminaciones. Por ejemplo, en una Chevrolet S10, que es una de las camionetas usadas más populares del mercado, se puede notar el mal uso en la parrilla inferior (que cubre el motor y las partes móviles por debajo). Hay muchas camionetas que se dejan sin cuidado en la intemperie y, por lo tanto, en estas partes se forma óxido. Es un indicio de que el vehículo se dejaba a la intemperie, que la pintura esté saltada por el sol.

Continuando con este ejemplo, si vas a comprar una Chevrolet s10, es importante considerar las comodidades y las prestaciones que traía de fábrica. También es fundamental saber si el dueño anterior le realizó modificaciones a la versión base y cuáles fueron particularmente esas modificaciones.

El control del motor, una mirada más detallista y de precisión

Luego de haber dado un vistazo superficial al vehículo, es necesario hacer un control con más detalle y profundidad. En este control, lo primero que debería hacerse es probar el arranque. El comprador debe darle arranque y, de forma instantánea, debería funcionar el sistema eléctrico de arranque y sin que se ahogue. En este sentido, siempre es mejor optar por vehículos con inyección electrónica en lugar de carburador, ya que el consumo de combustible es más eficiente y el motor trabaja más relajado, sin levantar tanta temperatura.

Luego de probar el arranque al menos dos o tres veces seguidas, comprobando que el vehículo no tiene problemas de batería, de alimentación o de la parte eléctrica del arranque, se debe comprobar el andar. Si es una camioneta automática, conviene probarla en un camino que permita al menos subir hasta la tercera o la cuarta marcha con la aceleración normal.

Mientras que, si es una camioneta con caja manual, es fundamental comprobar la estabilidad del embrague, el paso fluido de marchas y los sonidos al momento en el que entra cada cambio. Estos factores pueden ser un claro indicio de si la caja manual ha sido maltratada o si se encuentra en buen estado.

Una vez comprobado el andar de la camioneta, habiendo probado también las suspensiones (se recomienda andar por un terreno un tanto exigente, a fin de poder comprobar que el vehículo es apto para estos terrenos y circula sin problemas), es necesario comprobar el motor andando a la vista. Con esto nos referimos a dar el arranque, levantar el capot y comprobar que la correa de distribución no esté muy desgastada, que la tapa de los cilindros no se vea demasiado desgastada por encima y que las bujías no estén muy gastadas, tampoco. Asimismo, si la camioneta tiene turbo, es conveniente prenderlo y comprobar con el acelerador que el soplido sea uniforme y que no presente irregularidades con el calentamiento.

Los detalles finales y el interior del vehículo

Después de haber comprobado con detenimiento todos los factores mencionados anteriormente, se puede determinar que es un vehículo que, en su condición más esencial, va a tener un buen funcionamiento. Es decir, que con el rodar no va a tener ningún problema al menos en los primeros miles de kilómetros.

Es entonces cuando se debe revisar el interior del vehículo con más detenimiento y los detalles estéticos que no afectan a la funcionalidad, pero pueden ser un buen elemento para negociar una rebaja de precio, en caso que no estén muy cuidados estos aspectos. Además, el valor de reventa también es mayor si los aspectos estéticos están más cuidados.

Uno de los puntos fundamentales que se deben considerar es el estado de los tapizados. Los delanteros son los más importantes, sobre todo el del conductor. Pero también importa que los traseros no tengan manchas imposibles de sacar y, sobre todo, que no estén rasgados. Si son tapizados de cuero o de cuero sintético, también es importante que hayan sido lustrados y recubiertos con protector, para que el material no se vuelva quebradizo.

Otros detalles importantes para tener en cuenta es que el tablero no esté partido debido al contacto con el sol, que el plástico de los medidores sea translúcido (muchas camionetas, debido al paso del tiempo, de la suciedad y del uso, tienen esta parte dañada). Además, es importante que todos los botones funcionen.

Como punto final, si la camioneta tiene aire acondicionado, también es conveniente probar que funcione. Es necesario probar los sistemas de conexión inalámbricos y el sistema de sonido, en caso que la camioneta cuente con ellos. Si la camioneta tiene un sistema de sonido modificado, es conveniente preguntarle al propietario anterior cómo hizo las conexiones y si funcionan correctamente al probarlas. De esta manera, teniendo en cuenta todos estos puntos, es posible encontrar el vehículo perfecto, según tus preferencias y tus necesidades particulares.