Tras recorrer la planta de ruta 5 km 88, que cuenta con 50 empleados, Noticias Mercedinas dialogó con Rodrigo Miles, un emprendedor y visionario oriundo de Bahía Blanca, que ha logrado convertir al Grupo RAPET en una empresa líder en el rubro del reciclaje de plástico en Argentina. Desde su fundación en 2015, el Grupo RAPET se ha dedicado a reciclar la mayor cantidad de plástico posible, agregando un alto valor a los materiales procesados.
La historia de este exitoso proyecto comenzó cuando Rodrigo Miles vio la oportunidad de adquirir una planta abandonada de molienda de PET. Tras invertir una suma inicial de USD 50.000 y ponerla en funcionamiento, la empresa ha experimentado un crecimiento significativo. Actualmente, el Grupo RAPET recicla cerca de 600 toneladas de botellas de plástico al mes, transformándolas en escamas de PET de alta calidad.
Las escamas de PET resultantes del proceso de molienda, lavado y secado son utilizadas en diversas industrias, como la fabricación de nuevas botellas, textiles, bandejas para alimentos, resinas, pinturas, zunchos y cerdas para cepillos o escobillones. El Grupo RAPET adquiere las botellas de plástico de cooperativas, municipalidades y empresas en todo el país, principalmente de cooperativas. En Mercedes trabaja con CAIDIM y el MTE.
El Grupo RAPET adquiere las botellas de plástico de cooperativas, municipalidades y empresas en todo el país, principalmente de cooperativas. En Mercedes trabaja con CAIDIM y el MTE.
El compromiso de Rodrigo Miles y su equipo va más allá de la expansión del Grupo RAPET. Con la mira puesta en aumentar el porcentaje de plástico reciclado en Argentina, actualmente del 25%, Miles busca crear conciencia sobre la importancia del reciclaje y sus beneficios ambientales. Además de las actividades de reciclaje, el Grupo RAPET se involucra en proyectos educativos y colabora con instituciones locales, brindando a los estudiantes la oportunidad de conocer de cerca el proceso de reciclaje y su impacto positivo.
“Actualmente somos 50 personas empleadas directas y hay un montón de trabajos indirectos. Hemos tenido un crecimiento muy significativo de la cantidad de empleados y proyectamos tener cerca de 100 para para fines del año que viene”, cuenta Rodrigo.
En cuanto a la proyección e inversiones, el Grupo RAPET ha implementado mejoras significativas en su planta de reciclaje. La adquisición de un selector óptico de polímeros y colores, con una inversión de USD 250.000, ha permitido una mayor capacidad de procesamiento y la apertura a nuevos mercados. Además, se están realizando obras de ampliación en el predio de la planta, con el objetivo de aumentar la capacidad de producción y el espacio de oficinas.
Otro de los desafíos planteados para este año es el desarrollo de alambre de PET reciclado para su uso en la agricultura, el mobiliario y los cercos. Esta nueva línea de productos se instalará en una sección del galpón que se construirá como parte de la ampliación de la planta. Asimismo, se ha invertido en una línea de recuperado de polipropileno, que amplía las oportunidades de negocio del Grupo RAPET.
«Siempre quise ser emprendedor, siempre tenía el bichito ese adentro del emprendedurismo, y cuando vi la oportunidad me tomé unos buenos meses para hacer un análisis profundo»
Rodrigo Miles, egresado de Ingeniería Industrial y con una amplia trayectoria en diversos sectores industriales, decidió aventurarse como emprendedor consciente y sustentable. Su determinación y visión de futuro lo llevaron a convertir al Grupo RAPET en una de las tres plantas de procesamiento de PET más importantes de Argentina.
Con 40 años de edad, Rodrigo Miles se muestra comprometido con el crecimiento del Grupo RAPET y la conciencia ambiental. Su objetivo es seguir expandiendo la empresa y generar un cambio positivo en la forma en que se maneja el plástico en Argentina. A través del reciclaje y la educación, Miles busca marcar la diferencia y promover un futuro más sostenible para las generaciones venideras.
“Lo que hacemos acá es de interés general para la gente, y me parece muy importante que los chicos puedan entender qué pasa con lo que ellos reciclan, con una botella que ellos separan y que deciden enviar a un tacho diferenciado. Mucha gente a mí me consulta qué pasa luego de que se toma el trabajo de separar, reciclar, si va todo al mismo lugar, si lo entierran todo junto… Por eso uno de los proyectos que tenemos para el año que viene es empezar a trabajar fuertemente con colegios puntualmente, para que los chicos puedan venir y puedan apreciar lo que pasa con los materiales reciclables que ellos separan en su casa”, cuenta Rodrigo.
El Grupo RAPET se ha convertido en un referente en la industria del reciclaje de plástico gracias a su visión innovadora, inversiones estratégicas y compromiso con el medio ambiente. Rodrigo Miles y su equipo demuestran que es posible generar un impacto positivo en la sociedad a través de la conciencia ambiental y el reciclaje responsable.
Por estos días están haciendo una gran inversión en infraestructura que apunta también a poder recibir gente. “Estamos haciendo 1100 meros cuadrados nuevos de galpón, estamos ampliando la planta de 1.700 a 2.800 metros cuadrados de nave productiva, y estamos haciendo 200 metros cuadrados de oficinas entre las cuales hay una amplia y cómoda sala de reuniones para poder justamente albergar colegios y poder tener un lugar cómodo donde podamos explicarles, después de una recorrida, qué pasa con las botellas y charlar un rato con los alumnos”, explica Miles, quien trabajaba en una multinacional y salió de la “zona de confort” para encarar este proyecto. “Siempre quise ser emprendedor, siempre tenía el bichito ese adentro del emprendedurismo, y cuando vi la oportunidad me tomé unos buenos meses para hacer un análisis profundo sobre sobre el negocio, sobre las implicancias que pueda llegar a tener, sobre los escenarios, ya que era una apuesta fuerte en lo personal, así que tenía que analizarlo desde todas las perspectivas posibles”, recuerda sobre la previa a ese cambio que dio.
“Fue una decisión sumamente acertada, que tomó muchísimo esfuerzo y disciplina, que fueron las dos variables más importantes para emprender. En los primeros años todo era todo mucho más difícil y las ganas de bajar los brazos eran muchísimas”, agrega.
Y, por último, en cuanto a las trabas que hay para importar o hacer algunas transacciones comerciales en la Argentina o la incertidumbre política, también tiene una receta para avanzar: “A veces tengo la teoría de no mirar el panorama y mirar un poco más el mostrador y ver qué te dice tu mostrador y no tanto cuáles son las variables socio económicas o los diarios y demás, porque si no todo es negativo, uno se traba y no hace inversiones. A veces hay que apagar un poco la tele, desintoxicarse y seguir”, completa este emprendedor que a sus 40 años tiene mucho para desarrollar y está en eso, con un ritmo de crecimiento del 60% interanual que se va retroalimentando ya que tratan de reinvertir el 100% de los dividendos.