En la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina se llevó a cabo la presentación del libro «Testigos de la fe en Cristo, con la palabra y con la sangre», a cargo del Padre Rodolfo Capalozza.
El libro, una recopilación de las inspiradoras homilías del Padre Pedro Dufau, uno de los cinco curas palotinos asesinados el 4 de julio de 1976, constituye un testimonio profundamente conmovedor de una época trascendental en la historia del país.
El volumen, prologado por el Arzobispo de San Juan de Cuyo, P. O. Jorge Eduardo Lozano, adquiere un valor especial al ser la voz directa de Pedro, quien escribía y pronunciaba sus homilías, una práctica poco común en aquellos tiempos turbulentos. La presentación congregó a diversas personalidades y figuras de la comunidad, incluido el Diputado Nacional Carlos Selva, Presidente de la Biblioteca del Congreso, quien compartió sus reflexiones y emociones en torno al evento.
El Diputado Selva expresó en su intervención: «Es un gusto y un honor tenerlos aquí. En mi caso personal, particularmente con Pablo Bocca, como vecinos en la ciudad de Mercedes, mantenemos una amistad y confianza. El tema que nos convoca a todos nos invita a reflexionar y pensar sobre una parte crucial de nuestra historia que permanece en la memoria colectiva. Tenemos por delante un largo camino, y es un honor para la Biblioteca del Congreso presentar este libro, recibirlos y brindarles este espacio. Para todos nosotros, esta casa es un lugar donde podemos acercarnos a la comunidad, y agradecemos especialmente a la comunidad palotina por hacerlo posible.»
El evento se enmarcó no solo en la presentación de una obra literaria de gran relevancia histórica y espiritual, sino también en la búsqueda de conectar con la memoria colectiva y reflexionar sobre los hechos y protagonistas que marcaron una etapa crucial de la historia argentina. Desde la Biblioteca del Congreso se reafirmando su compromiso con la cultura, la memoria y el diálogo comunitario.
Pedro Dufau nació en Mercedes el 13 de octubre de 1908. Se ordenó sacerdote Palotino en 1933, cumplió su labor pastoral en distintas casas de la delegación irlandesa y desde 1958 lo hizo en San Patricio, Belgrano.
Dentro de sus legados se halló la homilía del 4 de julio de 1976, que no llegó a pronunciar ya que fue acribillado por un “grupo de tareas”, junto a varios sacerdotes y seminaristas. Esta homilía expresaba que la suerte de los profetas está marcada por la persecución y la muerte, ya que a menudo la palabra de Dios es resistida porque nos reclama un cambio de vida.
