Con la llegada de las nuevas tecnologías y la difusión de una conexión a Internet rápida y fiable, muchos sectores han visto aumentar rápidamente sus ingresos y su volumen de negocio, con un importante crecimiento también de su audiencia. El caso más llamativo está relacionado con el sector del gaming, que especialmente gracias a la difusión de los smartphones, ha permitido que cualquiera pueda disponer de una herramienta de juego en todo momento.
Hoy en día, según un reciente informe publicado por la agencia We Are Social, la industria del juego mueve más de 200.000 millones de dólares anuales, con más de 3.000 millones de aficionados que, de diferentes maneras, también pueden considerarse “gamers». Esto también es gracias a los Social Games.
Por Social Gaming se entiende un tipo de juego basado en plataformas sociales y, por tanto, diseñado para entretenerse con amigos u otras personas en línea.
Los principales ejemplos son Farmville, un juego de simulación basado en la agricultura, o Candy Crush, un juego de puzles que se ha hecho muy popular en los teléfonos móviles, y por último Clash of Clans, un juego de estrategia con elementos de desafío por equipos o individual. Estos tres juegos en línea se pueden encontrar en Facebook, la mayor red social de nuestra era. Pero la lista podría continuar con Mafia Wars, Farm Heroes, The Sims Social y Cityville.
Esta faceta del gaming está ganando terreno también en el ámbito del juego de azar. En este contexto, los casinos sociales se destacan como una novedosa modalidad de juego que logra una fusión entre los elementos clásicos de los casinos y las dinámicas de las redes sociales. De esta manera, ofrecen la posibilidad de disfrutar de momentos de ocio tanto con amigos como con personas desconocidas, enriqueciendo la experiencia de juego con un toque social y comunitario. Los puntos de contacto con las redes sociales son muchos: desde gráficos mínimos hasta la posibilidad de entrar en contacto con otras personas, pasando por clasificaciones virtuales, eventos especiales y posibilidades de interacción.
Los casinos sociales representan una evolución natural de los populares juegos «free to play». Mientras que los juegos tradicionales de este tipo ofrecen una experiencia de entretenimiento sin costo, los casinos sociales llevan esta experiencia un paso más allá. Al integrar elementos de interacción social, estos casinos permiten a los usuarios no solo disfrutar de los juegos de manera gratuita, sino también interactuar y competir con otros jugadores en un entorno virtual. Esta dimensión social añade una capa de profundidad y compromiso, transformando la experiencia de juego en algo más que una simple actividad de ocio; se convierte en una oportunidad para socializar, compartir y formar parte de una comunidad. En resumen, los casinos sociales han ampliado el concepto de «free to play» al añadirle un valor social y comunitario significativo.
Esta nueva frontera del gaming atrae sobre todo a los jóvenes. Así lo demuestra la ya mencionada investigación de We Are Social, que explica cómo la pasión es trasversal a todos los grupos de edad y géneros, y cómo el porcentaje de mujeres jugadoras no deja de aumentar. Las últimas cifras hablan de 9 de cada 10 mujeres de entre 16 y 24 años y del 67% de las que tienen entre 55 y 64 años. Un auténtico fenómeno global, que reúne a 3.000 millones de personas y que, como explica aquí Luca Della Dora, Innovation Director de We Are Social, esconde su secreto en el social gaming, una nueva forma de conectar, debatir y crear contenidos. Dentro y fuera del videojuego.