El 12 de octubre se presentó en el ciclo PROARTE MERCEDES – Centro de Egresados del Colegio Nacional Florentino Ameghino – el joven pianista Joaquín Oliva Uberuaga, que brindó un recital de excelencia con obras de gran aliento.
El concierto comenzó con la Sonata N°2, en Fa Mayor, K 280 de Mozart, una obra fundamental del repertorio pianístico clásico que el intérprete transmitió, combinando su belleza lírica y elegancia estructural, sorteando sin dificultad las exigencias de la partitura.
La segunda pieza elegida fue “Las Variaciones de Brahms sobre un tema de Haëndel” Op 24.
Esta obra monumental, un verdadero ícono de la producción pianística de Brahms, fue concebida sobre un Aria del Tercer Movimiento de la Suite para Clavecín N° 1, en si bemol mayor – HWV 434 – de Haëndel que constaba originalmente de 5 variaciones y Brahms amplió a 25, agregando una fuga final.
Joaquín Oliva abordó la composición presentando la pequeña melodía galante de Haëndel, y a partir de allí, en un brillante despliegue técnico, encadenó las variaciones con gran potencia, exhibiendo su destreza para afrontar los pasajes más complejos de la obra
A continuación interpretó “Imágenes” Libro I de Debussy
El Libro 1 de “Images” fue compuesto entre 1901 – 1905 y Debussy lo concibió como una pieza personal, elegante y refinada, que marcó una diferencia notable en su época, proyectando sensaciones y climas íntimos.
Joaquín Oliva mostró una digitación admirable en la ejecución de la obra, destacándose “Reflejos en el Agua”, donde comunicó de manera precisa la evocación del agua, tanto en reposo como en movimiento, profunda y misteriosa, brillando bajo el sol.
Para el final del concierto eligió el “Vals de la Ópera Fausto”, que constituyó el momento más alto de su presentación, a través de una versión brillante, apasionada y dramática del Vals del Fausto de Gounod que Liszt adaptó a partir del primer acto y la escena de amor del segundo de la ópera homónima.
Su interpretación técnica y expresiva confirmó su gran talento y lo posiciona como una promesa destacada de la música clásica argentina.
En esta difícil composición, Joaquín Oliva exhibió una digitación precisa y transparente, a través de la cual transmitió la brillantez y grandeza de la obra.
El público, de pie, aplaudió a este pianista que, con solo 15 años, fue capaz de afrontar un exigente programa, un verdadero “tour de force” en el que demostró sus virtudes técnicas y expresivas.
Tres obras fuera de programa cerraron esta notable actuación: “La Campanella” de Liszt; “Widmung” de Schumann/Liszt y un arreglo del intérprete de “Libertango” de Piazzolla para piano solo.
El 12 de octubre quienes asistimos al concierto de PROARTE MERCEDES, quedamos gratamente impresionados por el talento y las condiciones de esta joven promesa de la música clásica argentina, a quien le aguardan grandes acontecimientos en su promisoria carrera.