El futuro no está siendo, exactamente, como imaginaban las películas de hace 40 años. Los coches voladores parecen estar todavía algo lejos. Y las ciudades, aunque tecnológicas y algo masificadas, tienen poco que ver con la imagen que se proyectaba en el clásico Blade Runner. Desde luego, si algo sorprendería a un ciudadano de los 80s, es el protagonismo que ha acabado teniendo un dispositivo como el celular. En la actualidad, lo de llamar por teléfono es, casi, la menor de sus funciones.
Con este aparato, que nos acompaña a todas partes, escuchamos música, nos informamos, conectamos con los demás a través de las redes sociales, nos orientamos con sus mapas, compramos, pagamos impuestos, … Ahora mismo, es la vía más habitual para acceder a la red y todo lo que existe en ella; desde las tragamonedas en línea Argentina hasta el último concierto de nuestro cantante favorito. El mercado económico, que es bien consciente de las tendencias de los consumidores, intenta adaptarse lo antes posible a sus costumbres y ofrece todo tipo de posibilidades orientadas a estos dispositivos.
Evidentemente, la tecnología, pese a sus rápidos avances, sigue siendo el techo. Pero se trata de un techo que se empuja, diariamente, a nuevas alturas. Y lo que ayer no era posible, hoy ya lo es. Las nuevas redes de datos permiten conexiones más potentes y estables, por lo que las opciones se expanden. También los nuevos celulares incorporan procesadores con mayor capacidad; por tanto, estos aparatos son cada vez capaces de más posibilidades. Recientemente, una de las marcas más destacadas de este ecosistema, Qualcomm, presentó su nuevo chip para celulares, el Snapdragon 8 Elite.
Los especialistas que lo probaron quedaron sorprendidos por su potencia, que nada tiene que envidiar a la de un portátil moderno. Entre sus novedades, una notable mejora en el procesamiento de imágenes, que va más allá de hacer fotografías de gran calidad. Con esta capacidad, sumada a herramientas como la inteligencia artificial incorporada, el dispositivo podría llegar a guiar a un invidente o dividir, con exactitud, lo que cada componente de un grupo de amigos tendrá que pagar por una cena (con sólo enfocar el ticket). Aún siendo dos ejemplos algo dispares, se abre un debate bastante interesante, como es el de lo que podrán hacer los celulares del futuro.
Arriesgarse a hacer pronósticos es algo que pueda salir bastante mal. Sólo hay que volver a leer las primeras líneas de este artículo respecto de cómo debía ser el presente. Sin embargo, sí tenemos algunas ideas, en base a la tecnología que está despuntando. Para empezar, a finales de esta década es muy probable que estemos ante una red muy diferente de actual, ya que es posible que esté plenamente operativa la siguiente generación de internet: la Web 3.0.
Este entorno será mucho más avanzado y descentralizado, con predominio del software libre y mayor participación de los internautas. La Web3, basada en el Blockchain y la inteligencia artificial, requerirá celulares más modernos. Pero, por otra parte, también aportará opciones innovadoras, como creaciones de contenidos avanzados o aplicaciones descentralizadas. Con esta nueva generación, cualquier usuario tendrá más posibilidades de comercializar sus servicios y productos, por lo que estos dispositivos (gracias a su accesibilidad), serán básicos para el crecimiento profesional.
Pero no todo se va a centrar, propiamente, en el celular. Sus “Gadgets” van a ganar mucha importancia. En parte, por la llegada de la IoT (Internet of Things), que permitirá que muchos aparatos estén interconectados, por lo que podrán utilizarse como extensión de estos teléfonos. Por tanto, no se trata sólo de un Smartwatch con algunas funciones, sino de todo un universo de dispositivos, cada uno con sus propias características. Y, entre todos ellos, destacan las Smart Glasses que, para Mark Zuckerberg, son el sustituto natural de los celulares.
Estas gafas de realidad aumentada podrán convertirse en una herramienta que aportará infinidad de información y recursos a los usuarios. De hecho, Zuckerberg, el dueño de Meta ya ha marcado una fecha probable para que sean las auténticas protagonistas digitales de nuestras vidas: el 2030. Y, por supuesto, no queremos dejar de mencionar la realidad virtual, un entorno altamente inmersivo y realista, que elevará a otro nivel el ocio y la forma de relacionarse en la red. Los nuevos celulares se irán adaptando, progresivamente, a esta tecnología. Así pues, tal vez debamos redefinir, a medio plazo, la imagen que tenemos de estos dispositivos, ya que, pueden pasar a ser una especie de centro de control de otros muchos y sofisticados aparatos.