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Una noche a puro tango y baile en Casa Anús, con «La Negracha»

El sábado 9 de noviembre, a las 21:00, los mercedinos tenían una cita imperdible en Casa Anús: “La Negracha” convocaba a los tangueros, no solo a escuchar buenos tangos sino también a bailarlos.

Y así fue. El salón con sus mejores galas estaba preparado para la que sería una noche en ritmo de dos por cuatro. Las mesas dispuestas de tal forma que dejaban una amplia pista para que los bailarines dibujaran sus filigranas y el escenario preparado para recibir al conjunto, que tiene un lugar de privilegio entre los amantes del tango en Mercedes.

El espectáculo se abrió con una imponente versión de “La Cumparsita”, seguida de “Barrio Pobre”, en la acertada versión del cantante del conjunto, Nahuel Fusco. Los bailarines seguían la rítmica melodía de los temas que se sucedían: “Loca”, “Cuestión de Ganas”; “Negracha”, “Ventarrón”…

Las versiones orquestales, como “Canaro en París”, destacaron el lucimiento de los integrantes del conjunto: Pedro Martini en los solos de bandoneón que la obra requiere, complementado por el maestro Lito Córdoba en piano, Walter Perruolo en guitarra y la siempre acertada intervención de Marcelo Giorgione en percusión.

“Te llaman Malevo”, “Baldosa Floja”, “Milonga de mis Amores” y “Tinta Roja” fueron muy bien recibidos por el público.

Un párrafo aparte merecen las destacadas versiones de “Nocturna”, “Quejas de Bandoneón”, y “Libertango”, que no solo permitieron el lucimiento de cada instrumento, sino que mostraron la afiatada interpretación del conjunto.

No podía faltar el romántico vals con “Bajo un Cielo de Estrellas”, o el chispeante candombe “Tango Negro” que con su ritmo inundó el salón.

El final fue uno de los clásicos de “La Negracha”: “Desencuentro” pero el público que colmó el salón no quería que la noche terminara y el conjunto, con una serie de solos en los que se destacó cada integrante, se despidió a todo ritmo con “Siga el Baile”

Era de madrugada y la fiesta había concluido, entre canto, danza y aplausos, los que siempre cosecha este conjunto tan nuestro y tan entrañable que nos regaló otra noche mágica.