La creatividad mercedina vuelve a ser reconocida a nivel internacional, esta vez de la mano de Cecilia Martínez, artista textil y dueña de la tienda Peperina.
Cecilia fue seleccionada para participar en la reconocida Bienal de La Habana, donde presentó su obra «Lo que permanece», enmarcada en la muestra “Los otros caminos de la seda”.
En una entrevista con Noticias Mercedinas, y recién bajada del avión, este mediodía, compartió detalles de esta experiencia única y los desafíos que enfrentó durante el evento.
“Recibí la invitación a mitad de año, y fue una gran sorpresa porque no había postulado a nada. La curadora Janet Oviedo me convocó con una carta muy formal, y, por supuesto, acepté inmediatamente. Sabía que la Bienal de La Habana era muy prestigiosa, pero no imaginé que formaría parte de ella”, relató Cecilia.
La obra de Martínez fue expuesta en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, ubicado frente a la Plaza Vieja de La Habana, un espacio destacado dentro del circuito de exposiciones de la bienal.
Allí se reunieron artistas textiles de diversos países de Latinoamérica, compartiendo experiencias en un entorno artístico que tomó múltiples espacios de la ciudad, desde museos hasta plazas y universidades.
Desafíos y aprendizajes en tierra cubana
Llegar a La Habana no fue sencillo. “Dos días antes de mi vuelo, un huracán había pasado por la zona, lo que complicó muchísimo las cosas. Mi vuelo fue cancelado y llegué dos días más tarde de lo previsto, pero aún a tiempo para el montaje”, explicó Cecilia.
«Los primeros días no había luz, y cuando la había, faltaban herramientas o transporte para los trabajadores. Sin embargo, entre los artistas logramos colaborar y ayudarnos mutuamente»
La preparación de las obras fue, según la artista, una de las experiencias más enriquecedoras: “Los primeros días no había luz, y cuando la había, faltaban herramientas o transporte para los trabajadores. Sin embargo, entre los artistas logramos colaborar y ayudarnos mutuamente. Nos prestamos materiales, compartimos ideas y superamos las dificultades juntos. Fue un trabajo colectivo muy inspirador”.
El impacto cultural y social de la Bienal
Además del montaje, Cecilia destacó la riqueza de los eventos paralelos. “Cada artista tuvo la oportunidad de presentar su obra al público y a los demás artistas. Fue muy interesante escuchar las historias detrás de cada pieza. También fue maravilloso recorrer la ciudad y encontrar esculturas, murales y performances que formaban parte de la Bienal. La Habana se transformó en una gran galería de arte al aire libre”.
Cecilia no estuvo sola en esta aventura: dos amigas y colegas mercedinas, integrantes de su taller de procesos creativos, viajaron a acompañarla durante la inauguración. “Fue muy emocionante compartir ese momento con ellas, un apoyo fundamental estando lejos de casa”, expresó.
Por otra parte destacó especialmente la ayuda y apoyo permanente de Miguel Ronsino, su profesor que también es un habitué de los artistas mercedinos.
Un proyecto que trasciende fronteras
Además de su participación en la Bienal, Cecilia llevó adelante un proyecto colaborativo. “Llevé conmigo trozos de tela con los que trabajo habitualmente y los entregué a artistas y personas que conocí en Cuba. La idea era que cada uno interviniera la tela a su manera. Recibí respuestas increíbles y planeo utilizar esos pedazos para crear una nueva obra textil que reúna todas estas experiencias. Quiero que esta vivencia siga creciendo y transformándose en algo que trascienda la Bienal”, concluyó la artista.
Con esta participación, Cecilia Martínez reafirma el talento y la creatividad de Mercedes en la escena internacional, llevando consigo no solo su obra, sino también el espíritu colaborativo y transformador del arte.