El vecino de Altamira y referente en la lucha por los derechos de los usuarios viales, Marcelo Suárez, denuncia las graves falencias en el sistema de peajes en Argentina. Afirma que, tanto en manos del Estado como en concesiones privadas, el servicio se traduce en un constante incumplimiento de las obligaciones contractuales y una clara inseguridad para los conductores.
Su<rez utiliza la ruta 5 y se refiere a las cabinas de Olivera, frente a las que ha marchado infinidad de veces junto a otros vecinos y vecinas, pero puede aplicarse a múltiples lugares y rutas del país.
En una conversación con este medio, Suárez compartió su análisis sobre la problemática, las principales fallas de las rutas concesionadas y su indignación por la falta de respuestas concretas a los reclamos de los usuarios.
—Marcelo, ¿por qué considera que el peaje es un «curro» que lleva más de tres décadas?
—Porque no importa si la gestión es estatal o concesionada, nunca se cumple con lo que se promete. El servicio es pésimo. Nos cobran para mantener las rutas, pero las condiciones son deplorables. Ni siquiera cortan el pasto en las banquinas, lo que tapa mojones kilométricos, guardarrails y hasta algunos carteles viales.
—¿Cuáles son las principales falencias que observa en la concesión estatal actual?
—La falta de mantenimiento es alarmante. Las banquinas son inseguras, no se puede estacionar en caso de emergencia porque están cubiertas de pastizales. Hay tramos donde el pavimento está rajado, las colectoras están destruidas, y no realizan reparaciones. Esto disminuye la vida útil de las rutas y generará mayores costos en el futuro. En algunos sectores, como los puentes de Luján, se robaron los guardarrails y no los repusieron.
También hay problemas graves de señalización: la entrada a la ruta 47 tiene tachos de plástico como protección, que se vuelan con las tormentas. Las luces de la ruta no funcionan o parpadean; en la zona de Luján, la mayoría fueron robadas. Incluso en el mismo peaje hay postes de luz chocados y oxidados que están a punto de caerse.
—¿Qué sucede en caso de accidentes? ¿Hay servicios de emergencia adecuados?
—No. No tienen auxilio contra incendios ni ambulancias propias. Si ocurre un accidente, deben llamar a los bomberos o a la ambulancia local. Solo tienen una camioneta con una baliza. En cambio, lo único que mejoraron fue la cartelería para cobrar el peaje y barreras nuevas que se bajan rápido para golpear autos si no pagan. Es vergonzoso.
—¿Ha presentado estos reclamos?
—Claro, hice varias quejas, pero solo recibí respuestas evasivas. La última vez me dijeron que «estaban estudiando el caso», pero nunca más se comunicaron conmigo.
“Van 35 años de lo mismo. Peajes que nos quitan tiempo, dinero y justicia. Es un sistema que, en lugar de garantizar nuestra seguridad vial y libertad para circular, prioriza recaudar. Es una lucha eterna que los usuarios viales enfrentamos siempre en desventaja”, esgrime.
Su denuncia, una vez más aunque se haya replicado en múltiples medios y ocasiones, busca visibilizar una vez más una problemática que afecta no solo a los vecinos de Mercedes y Altamira, sino a miles de usuarios de las rutas argentinas.