Por Emmanuel Langone.
En principio, corresponde sostener que los crímenes impunes son aquellos delitos que no son investigados o perseguidos por las autoridades, o que, a pesar de serlo, no resultan en una sanción para el culpable. Esto puede ocurrir por diversas razones, como la falta de pruebas o el ocultamiento de las mismas, la corrupción, la ineficiencia del sistema judicial, o incluso por la naturaleza misma del delito.
La impunidad tiene graves consecuencias para la sociedad, porque, como se vislumbra en nuestra ciudad, la comunidad necesita saber que está siendo cuidada para poder vivir en paz.
Un crimen impune en una ciudad pequeña como Chivilcoy socava la confianza en el sistema de justicia y en las instituciones. Cuando los ciudadanos ven que los delitos quedan sin castigo, pueden sentir que la ley no se aplica por igual para todos y que no hay consecuencias por cometer delitos. Esto puede llevar a un aumento de la delincuencia y a una mayor sensación de inseguridad, tal como se percibe en comentarios reiterados en redes sociales.
En segundo lugar, la impunidad perpetúa la violencia y la injusticia. Cuando los criminales saben que no serán castigados, se sienten envalentonados para seguir cometiendo delitos. Esto puede generar un ciclo de violencia y venganza, donde las víctimas y sus familias buscan justicia por su cuenta al no encontrarla en el sistema judicial.
En tercer lugar, la impunidad impide que las víctimas obtengan justicia y reparación. Cuando un crimen queda impune, las víctimas y sus familias sienten que se les niega su derecho a la justicia y a la verdad. Esto puede generar un profundo sentimiento de frustración, dolor e impotencia, que solo quienes lo atraviesan pueden expresar con claridad.
Para combatir la impunidad, es necesario fortalecer el sistema de justicia, mejorar la capacitación de los funcionarios, garantizar la independencia judicial y policial, y promover la transparencia y la rendición de cuentas.
Para combatir la impunidad, es necesario fortalecer el sistema de justicia, mejorar la capacitación de los funcionarios, garantizar la independencia judicial y policial, y promover la transparencia y la rendición de cuentas. También es importante que la sociedad en su conjunto se involucre en la lucha contra la impunidad, denunciando los delitos, colaborando con las autoridades y exigiendo justicia para las víctimas.
Como habrán visto, San Pedro, una ciudad vecina, realizó recientemente una gran marcha pidiendo un mejor accionar de seguridad en la ciudad, y el clima social en nuestra localidad pareciera pedir lo mismo, aunque a regañadientes.
Algunos ejemplos de crímenes que a menudo quedan impunes son los delitos de cuello blanco, la corrupción y la violencia de género. Estos delitos suelen ser complejos de investigar y perseguir, y a menudo involucran a personas con poder político o económico, lo que dificulta su enjuiciamiento.
La lucha contra la impunidad es un desafío complejo, pero es fundamental para construir una sociedad más justa, segura y pacífica.
Emmanuel Langone es abogado especialista en indemnizaciones y defensas penales. Tiene su estudio en Tucumán 19, Chivilcoy. Contacto 2346-525751