A pocos metros del CAPS San José, una ferretería desafía los estereotipos en un rubro tradicionalmente masculino. En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Dora Mabel Fregossi, conocida por todos como «Pichi», atiende su negocio como cualquier otro sábado, pero con un motivo especial de orgullo: junto a ella trabajan su hija, su nieta y su bisnieta. Cuatro generaciones de mujeres sostienen el comercio con esfuerzo, dedicación y una vocación que trasciende el tiempo.
En una conversación cercana, Pichi repasa su historia de lucha y perseverancia en un emprendimiento que, con el correr de los años, se convirtió en un símbolo de trabajo familiar y constancia, en calles 19 casi esquina 50, con el nombre del barrio: «San José».
– ¿Cómo nació la ferretería y por qué decidió dedicarse a este rubro?
Hace 40 años, este local no era una ferretería. Comencé vendiendo algunos materiales eléctricos y puse un cartel que decía «Casa de electricidad», aunque apenas tenía mercadería. Con mucho esfuerzo y paciencia, fuimos creciendo hasta que pudimos comprar este predio. Junto a mi marido, levantamos la ferretería con sacrificio y dedicación. Hoy, el negocio sigue en pie y aquí estamos con mi hija, mi nieta y mi bisnieta, y eso me llena de felicidad.
– ¿Qué la motiva a seguir después de cuatro décadas en la actividad?
Es un rubro hermoso porque estás en contacto permanente con la gente. En un principio solo vendíamos materiales eléctricos, pero a pedido de los vecinos empezamos a traer herramientas y otros artículos. Así fuimos ampliando el negocio. Es un sacrificio, pero un sacrificio lindo, que vale la pena cuando ves a los clientes regresar con una sonrisa.
«Es un sacrificio, pero un sacrificio lindo, que vale la pena cuando ves a los clientes regresar con una sonrisa»
– En el Día Internacional de la Mujer, su ferretería es una de las pocas abiertas un sábado por la tarde. ¿Cómo vive esta fecha?
Nosotras trabajamos siempre. Mi marido era de esas personas que le resolvía los problemas a la gente, y yo aprendí de él. Luego mi hija se sumó y le encanta ayudar a los clientes. Lo mismo mi nieta. Hoy ellas llevan adelante la ferretería, yo paso un rato cada día, pero es un orgullo verlas seguir con esta tradición.
Es un día especial porque reconoce el esfuerzo de todas las mujeres trabajadoras. A lo largo de los años, he visto cómo muchas mujeres han tomado la iniciativa de emprender y salir adelante. En nuestro caso, es una satisfacción ver que el negocio sigue en manos femeninas, rompiendo con la idea de que la ferretería es solo para hombres. Me enorgullece ver a mi hija, mi nieta y mi bisnieta trabajando codo a codo y demostrando que no hay límites cuando hay dedicación y ganas de aprender.
– ¿Qué mensaje les daría a otras mujeres que quieren emprender?
Que no tengan miedo, que confíen en sus capacidades. A veces el camino es difícil, pero con esfuerzo se pueden lograr grandes cosas. Yo empecé de a poco, sin saber demasiado sobre este rubro, pero con el tiempo aprendí. Lo importante es no rendirse y seguir adelante con pasión y compromiso.
– ¿Cómo es la relación con los clientes?
Es maravillosa. Lo más lindo es ver a los chicos del barrio que venían cuando eran pequeños y ahora son adultos con sus propias familias. Me siguen saludando y llamando «Pichi» con el mismo cariño de siempre. Son los vecinos que crecieron con la ferretería y eso nos une aún más.
– ¿Cuáles son los horarios de atención?
Estamos abiertos de lunes a sábado, de 8:30 a 12:30 y de 16:00 a 20:00. En invierno ajustamos un poco los horarios por la oscuridad, pero siempre tratamos de atender a todos. Si un cliente necesita algo que no tenemos, hacemos lo posible por conseguírselo.
– En un rubro históricamente dominado por hombres, ¿han enfrentado dificultades por ser mujeres?
Al contrario, hemos recibido mucho apoyo. Las mujeres que vienen nos dicen «por fin hay una ferretería de mujeres» y eso nos alegra. Cada vez más clientas se animan a hacer sus propias reparaciones y vienen a comprar herramientas. También hay muchas mujeres trabajando como albañilas, electricistas y gasistas. De a poco, las cosas se están equiparando.
– ¿Cómo imagina el futuro de la ferretería?
Espero que siga adelante. No sé si yo lo veré, pero me gustaría que este negocio se mantenga en la familia. Pasamos muchas crisis económicas, pero siempre salimos adelante. Lo fundamental es cuidar a los clientes y que confíen en nosotras. Así trabajamos desde el primer día y así queremos seguir.
