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Jorge Pirotta: «El libro nos obliga a frenar y nos da un momento de reflexión»

El escritor y periodista Jorge Pirotta, con una trayectoria en el periodismo, la política y el sindicalismo, se lanza al mundo de la ficción con su novela «Cachafaz».

En esta entrevista, habla sobre su experiencia de escritura, su visión del mundo digital y la importancia de la emoción en la literatura y la vida.

—Como periodista, escribir es parte de tu vida. Pero publicar un libro es algo distinto. ¿Cómo viviste esta experiencia?

—Sí, claro, no es algo de todos los días. Escribo desde que aprendí a leer y escribir, ya en la escuela primaria. Siempre fue un hábito para mí, tanto en poesía como en prosa. Además, mi labor profesional me llevó a escribir en distintos medios, como La Capital de Rosario, donde fui corresponsal en Buenos Aires, y también en publicaciones políticas y sindicales.

Pero esto era una asignatura pendiente. La idea de «Cachafaz» surgió a fines de los años 90, a partir de experiencias personales que me incentivaron a escribir. La historia tomó forma con el tiempo, aunque nunca se apartó demasiado de la idea original. Fueron más de dos décadas con muchos intervalos en el medio, por responsabilidades laborales, pero siempre supe lo que quería contar.

El año pasado decidí darle un cierre definitivo. Terminé el libro el 20 de diciembre y, tres meses después, lo estoy presentando. Es algo que años atrás no hubiera imaginado, y ahora me da una gran satisfacción compartirlo con amigos y lectores.

—En tiempos de redes sociales e inmediatez, el libro parece un objeto casi romántico. ¿Cómo vivís esto desde el lado artístico?

—Con mucha emoción. Disfruto mucho escribiendo, y especialmente este libro. Tal vez el año de mayor disfrute fue el inicio, cuando se me ocurrió la idea, y el último, cuando le di la forma definitiva. Siempre me he sentido vinculado a las expresiones artísticas: la música, el cine, la literatura.

La gente que ha leído Cachafaz me dice que lo devoró en uno o dos días, y eso me alegra porque significa que atrapa.

Hoy vivimos en una época de inmediatez, donde con un dedo pasamos de una página a otra en una pantalla. Pero el libro nos obliga a frenar, a parar la pelota en medio de la cancha, como diría un futbolista. Nos da un momento de reflexión. La gente que ha leído Cachafaz me dice que lo devoró en uno o dos días, y eso me alegra porque significa que atrapa. Creo que el libro como objeto físico sigue siendo importante. Hay que defenderlo.

—En un mundo dominado por algoritmos, ¿qué aporta tu historia en este sentido?

—El ser humano es esencialmente emocional. Decimos que somos racionales, pero la mayoría de nuestras decisiones no lo son. Elegimos dónde vivir, con quién, qué pensar, qué defender, por emociones más que por lógica.

Los algoritmos pueden ser herramientas útiles, pero muchas veces terminan en manos de élites que los utilizan para manipular. Ha sucedido con cada nueva tecnología: la imprenta, la radio, la televisión y ahora las redes sociales. Pero el ser humano siempre encuentra formas de resistir. La mayoría no vivimos en el odio, sino en el amor. En Cachafaz, intento mostrar que todos llevamos dentro luces y sombras, y que nuestras elecciones inclinan la balanza.

El ser humano es esencialmente emocional. Decimos que somos racionales, pero la mayoría de nuestras decisiones no lo son. Elegimos dónde vivir, con quién, qué pensar, qué defender, por emociones más que por lógica.

Hay que defender las emociones humanas porque son las que impulsan el conocimiento, la curiosidad y el arte. «Cachafaz» busca justamente eso: remover sentimientos y hacer reflexionar sobre lo que somos.

—El amor es la base de la creatividad, pero el odio parece ocupar un lugar importante en la sociedad actual. ¿Cómo lo ves?

—La historia de la humanidad está llena de flujos y reflujos. Hoy vivimos en la «aldea global» que describía McLuhan, donde todo es inmediato y nos enteramos al instante de lo que sucede en cualquier parte del mundo. Eso genera la sensación de que hay un avance del odio, la xenofobia, el racismo.

Pero la historia demuestra que estos retrocesos no son permanentes. Con el tiempo, siempre terminan predominando la verdad, la paz, el amor. El odio solo destruye, no construye nada. Hay que aguantar estos momentos difíciles, pero seguir apostando a lo que realmente vale.

—Las acciones individuales también configuran el presente. ¿A quién creés que puede inspirar «Cachafaz»?

—Creo que a cualquiera que tenga sentimientos humanos. No apunta a un sector específico, sino a todos los que puedan sentirse identificados con la historia, con el personaje principal, con sus vivencias. Si alguien ha trabajado en el campo, tal vez lo sienta más cercano. Pero en definitiva, el libro interpela a cualquier lector que quiera reflexionar sobre la vida y sobre lo que nos hace humanos.

La presentación de «Cachafaz»

El escritor y periodista Jorge Pirotta presentará su novela Cachafaz el jueves 20 de marzo a las 19 horas en el bar Oveja Negra, ubicado en la esquina de calles 31 y 36 en Mercedes. La obra será comentada por la profesora de Historia y comerciante Marcela Alejandra Aguirre, el trabajador social y exfutbolista Omar «Pelusa» González, y el periodista y editor Julio «Chopo» Boccalatte. La novela desarrolla un entramado de poder, violencia y redención, donde lo urbano y lo rural se entrelazan para mostrar sus luces y sombras. «Es un sentido homenaje a los miles de trabajadores y trabajadoras rurales cuyas vidas, esperanzas y padecimientos son desconocidos por la mayoría de la población», señaló Pirotta adelantando en parte algunas sensaciones de la trama.