El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de Mercedes dictó este mediodía la sentencia de prisión perpetua para Cristian Jerez, acusado del femicidio de Ludmila Pretti, ocurrido en septiembre de 2020 en Francisco Álvarez, partido de Moreno. El imputado no se presentó a la audiencia donde se dio lectura al veredicto, y la familia de la joven asesinada se hizo presente para conocer la resolución judicial.
Walter Pretti, padre de la víctima, expresó su alivio tras conocer la condena: «Hicimos justicia. La peleamos porque primero le dieron una condena y después logramos el cambio de carátula a femicidio. Hoy, después de tanto tiempo, le dieron la sentencia. Le dieron 40 años de cárcel y no goza de ningún beneficio».
Ludmila Pretti tenía 14 años y fue asesinada el 6 de septiembre de 2020 luego de haber asistido a una reunión con amigos. Según la investigación, Jerez, un joven mayor de edad que estaba en el lugar, aprovechó que la adolescente se había quedado esperando un transporte para atacarla. La estranguló y ocultó su cuerpo, que fue hallado al día siguiente.
«Es muy jodido lo que me pasó a mí, no se lo deseo a ningún papá ni a ninguna mamá. Por eso les digo: cuiden más a sus hijos. La calle está muy jodida, hay mucho destrabado. Acompañen a sus hijos a una fiesta, por más que se enojen, pero que regresen a casa»
El juicio permitió que la causa se recaratulara como femicidio, agravante que impide que el condenado acceda a reducciones de pena. «Después de cuatro años y medio se hizo justicia. Me voy con un poco más de tranquilidad porque el imputado no goza de ningún beneficio y nada, que se muera en la cárcel», declaró el padre de Ludmila.
Con profundo dolor, en diálogo con Noticias Mercedinas, Walter Pretti también dejó un mensaje a la sociedad: «Es muy jodido lo que me pasó a mí, no se lo deseo a ningún papá ni a ninguna mamá. Por eso les digo: cuiden más a sus hijos. La calle está muy jodida, hay mucho destrabado. Acompañen a sus hijos a una fiesta, por más que se enojen, pero que regresen a casa».
La sentencia dictada en Mercedes representa de algún modo el cierre de un largo proceso judicial para la familia de la víctima, que durante estos años sostuvo el reclamo de justicia por Ludmila.