Escribe Carlos María Dieuzeide para Noticias Mercedinas.
El próximo viernes 11 de julio, dentro del ciclo Universo Cine que organiza el CADJM se proyectará el film Danton (1983) del director Andrzej Wajda y con guion de Jean-Claude Carrière. Esta actividad es compartida con la Alianza Francesa de Mercedes con motivo del 236° aniversario de la Revolución francesa
El 14 de julio de 1789 tuvo lugar un acontecimiento que marcó la vida política de Occidente de manera decisiva: la toma de la Bastilla, una fortaleza que protegía el costado oriental de la ciudad de París y que durante la mayor parte de su historia fue usada como una prisión estatal por los reyes de Francia.
Sabemos que todo proceso revolucionario no se concentra en un día o un espacio determinado, pero para la historiografía las fechas son esenciales y en este caso ese día convulsionó para siempre un régimen arcaico que dio un nuevo sentido a la Historia. De allí que el 14 de julio sea la fiesta patria en Francia, pero también un día determinante para la historia occidental.
Ese día convulsionó para siempre un régimen arcaico que dio un nuevo sentido a la Historia. De allí que el 14 de julio sea la fiesta patria en Francia, pero también un día determinante para la historia occidental.
La Historia suele contar ese acontecimiento desde el punto de vista de los grandes personajes que, en realidad, jamás estuvieron allí presentes. Los verdaderos protagonistas de ese momento fueron personas anónimas impulsadas por las necesidades, por la falta de lo indispensable para vivir.
Como toda revolución, esta también tuvo sus luces y sus sombras y distintas etapas en la que destacaron las principales figuras políticas del momento. Dos de ellos fueron Georges-Jacques Danton y Maximilien Robespierre que en un principio eran aliados claves.
Ambos eran abogados talentosos y compartían el fervor por las nuevas ideas republicanas. Sin embargo, su relación se deterioró y la enemistad entre ellos se debió a una serie de factores, principalmente sus visiones divergentes sobre el rumbo de la Revolución y el uso del terror.
Danton, aunque inicialmente un líder radical, llegó a abogar por una postura más moderada a medida que la Revolución avanzaba. Creía que la fase más violenta, el Terror, ya no era necesaria una vez que las amenazas internas y externas a la República habían disminuido. Buscaba la reconciliación y el fin de las ejecuciones masivas.
Robespierre, conocido como El Incorruptible, se convirtió en el principal impulsor y símbolo del Reinado del Terror. Para él, el terror era una herramienta necesaria para purgar la República de sus enemigos y asegurar la virtud. Creía que cualquier disidencia era una amenaza para la Revolución.
Precisamente, el film de Wajda se centra en la etapa final del enfrentamiento entre ambos personajes. Toda la película es una magistral contraposición de las palabras que sirvieron a la Revolución y los hechos. Las declaraciones, los valores revolucionarios, las proclamas operan como un subrayado sarcástico de las imágenes que se ven en la pantalla.
La descripción de los personajes es extraordinaria, los discursos parecen sacados de los verdaderos de la Asamblea Nacional, tanto en espíritu como en sentido, como en formas. Se recrea la Paris de entonces en su fervor revolucionario y en su drama social de una manera muy fiel a la historia.
La narrativa no cae en ningún momento en la glorificación de nada ni de nadie, ni siquiera de Danton. El drama de los personajes, su idealismo y su extraña personalidad queda reflejada magníficamente.
Wajda retrata con maestría el ambiente de caos, entusiasmo y terror de aquellos frenéticos momentos y cómo toda revolución degenera en canibalismo moral y sociópata, enfrentando el idealismo revolucionario ascético y fanático de Robespierre con el realismo revolucionario de Danton, aunque la tesis principal de Wajda y Carrière sea que ningún revolucionario es del todo inocente.
Gerard Depardieu despliega una inteligencia y una energía interpretativa admirables en lo que puede ser considerado el mejor papel de su vida, enfrentado al gran actor polaco Wojciech Pszoniak -un habitual de Wajda- como Robespierre.
Ficha técnica: Danton (1983); Coproducción Francia-Polonia; Dirección: Andrzej Wajda; Guion: Jean-Claude Carrière; Reparto: Gérard Depardieu, Wojciech Pszoniak, Anne Alvaro, Patrice Chéreau y otros.
Los esperamos el viernes 11 de julio a las 19 h en el Salón de actos del CADJM, Calle 24 N° 705, primer piso. Entrada libre y gratuita.