La directora de Discapacidad de la Municipalidad de Mercedes, Tatiana López, dialogó en el programa Mañanísima, que conduce Susana Spano por FM Fénix 93.9.
En una extensa charla, se refirió a la actualidad de las políticas públicas, el impacto del veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad y la necesidad de fortalecer tanto la formación profesional como la inclusión educativa.
—En el último tiempo, el tema de la discapacidad estuvo muy presente en la agenda pública. ¿Cómo lo ves desde tu rol en Mercedes?
—Creo que, por un lado, está bueno que se visibilice, porque nos muestra la gran deuda que todavía tenemos como sociedad en esta materia. Hay que ser autocríticos: venimos de un sistema donde las prestaciones y las obras sociales no venían haciendo un buen trabajo, y eso afecta tanto a las familias como a los profesionales.
—Uno de los temas más discutidos fue el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad. ¿Qué opinión te merece?
—Fue un golpe muy duro. Esa ley buscaba reparar, aunque sea un poco, la situación económica que atraviesan las personas con discapacidad, sus familias y los profesionales. Hablamos de prestaciones que requieren actualización, de pensiones que hoy son de 280 mil pesos y alcanzan apenas para una semana. Y, además, de algo muy importante: compatibilizar la pensión con el acceso al trabajo. Tener una pensión no significa que no se pueda desempeñar en determinadas tareas. Hay que pensar equipos de seguimiento y brindar oportunidades, porque el trabajo también dignifica.
—¿Cómo se traduce todo esto en la vida cotidiana de las familias de Mercedes?
—Es muy complejo. Hoy muchas familias no pueden sostener las terapias de manera privada, porque son muy costosas. Y no hablamos de culpar a los profesionales, porque ellos también tienen que vivir y sostener su trabajo. El Estado tiene que estar presente. En Mercedes contamos con el CETIM, un centro terapéutico municipal que fue una decisión política muy importante. Atiende a casi 80 chicos y chicas con profesionales de gran nivel, y eso cambió la vida de muchas familias que de otra manera no hubiesen tenido acceso.
Cada semana recibimos pedidos de familias que tienen obra social o incluso prepaga para ingresar al CETIM, porque no consiguen respuesta en otro lado. Pero tenemos cupos limitados y también una dificultad que se repite en todo el país: la falta de profesionales. Nos cuesta conseguir fonoaudiólogos, psicopedagogos, psicólogos de niños…
—¿El CETIM recibe también a personas con obra social o prepaga?
—Nos pasa que cada semana recibimos pedidos de familias que tienen obra social o incluso prepaga para ingresar al CETIM, porque no consiguen respuesta en otro lado. Pero tenemos cupos limitados y también una dificultad que se repite en todo el país: la falta de profesionales. Nos cuesta conseguir fonoaudiólogos, psicopedagogos, psicólogos de niños… Por eso también es fundamental fortalecer la formación profesional para poder dar respuesta a la creciente demanda.
—Mencionabas también el tema de la inclusión educativa. ¿Cómo lo están trabajando?
—Estamos atravesando un momento muy interesante. El 9 de agosto se conmemoró el Día de la Educación Especial, y desde la Municipalidad, junto a la jefatura y los inspectores, organizamos un mes de actividades para generar concientización. Queremos que toda la sociedad conozca el enorme trabajo que hacen las escuelas especiales y sus docentes.
Se organizaron encuentros entre jardines, primarias, secundarias y escuelas especiales, con actividades artísticas, música y la creación de un mural colectivo que nos represente como comunidad. Lo que buscamos es fomentar la convivencia en la diversidad.
—La inclusión en las escuelas de nivel también genera mucho debate.
—Sí, y a veces quienes ponemos las barreras somos los adultos. Los chicos suelen aceptar la diversidad con mucha más naturalidad. Cuando hay desconocimiento o falta de herramientas aparecen los miedos. Por eso insistimos en generar espacios de encuentro entre docentes, familias y estudiantes. La única manera de construir comunidad es conociéndonos y compartiendo.
—¿Qué mensaje te gustaría dejarle a la sociedad respecto a la discapacidad?
—Que la discapacidad no debe ser vista como un límite, sino como una oportunidad para crecer en solidaridad y empatía. Que detrás de cada niño, niña o adulto con discapacidad hay familias que luchan todos los días, y profesionales que ponen el cuerpo. Y que necesitamos un Estado presente, que garantice derechos y genere oportunidades. Porque todos y todas tenemos derecho a una vida plena.
Con una mirada crítica pero también propositiva, Tatiana López subraya que la inclusión requiere decisión política, compromiso social y un trabajo articulado entre Estado, familias y profesionales.