Inicio Opinion Irresponsabilidad vial: otro capítulo más de la falta de autoridad del Municipio

Irresponsabilidad vial: otro capítulo más de la falta de autoridad del Municipio

Por Néstor Anito, estudiante de Ciencias Políticas (UBA).

Reiteradas veces, los vecinos de nuestra ciudad expresan su malestar frente a la irresponsabilidad de algunas personas que creen ser dueñas de la vía pública. La falta de presencia del Estado municipal ante esta problemática es preocupante.

La avenida 42, por ejemplo, es utilizada como una verdadera pista de picadas por motociclistas que provocan un grave riesgo para la seguridad vial y generan disturbios, además de contaminación sonora, especialmente en horas nocturnas. Quienes realizan maniobras temerarias como circular en una sola rueda ponen en peligro no solo su propia vida, sino también la de terceros.

Ya se han efectuado denuncias por estos hechos, pero la situación continúa sin respuesta efectiva. Tal como sucedió el 21 de septiembre, Día del Estudiante, hoy vuelve a hacerse evidente que el Municipio padece una grave falta de principio de autoridad. No sancionar a los conductores que incumplen las normas, sea cual sea el vehículo utilizado, por temor a críticas o insultos, solo contribuye a que todos quedemos librados a la suerte.

El porcentaje de personas que circula en motocicletas sin casco, sin seguro, sin permiso de conducir y sin la documentación básica es cada vez mayor. En caso de siniestros, los responsables no cuentan con ninguna de las condiciones exigidas. A ello se suma la falta de luces reglamentarias, lo que agrava aún más los riesgos.

Este problema no abarca únicamente a quienes conducen por ocio o imprudencia. Muchos repartidores y deliverys también se desplazan sin prudencia, poniendo en riesgo a peatones y automovilistas.

Como vecinos del distrito, no podemos permitir que el Municipio ignore este desorden. El intendente debe tomar cartas en el asunto con medidas reales, efectivas y sostenidas. No alcanza con campañas de concientización si no se complementan con un control firme. La mano dura, en este caso, no implica autoritarismo, sino hacer cumplir la ley.

Es inaceptable que algo tan básico como respetar normas mínimas de tránsito siga siendo ignorado. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires ejemplifica que, con controles claros y sanciones efectivas, la mayoría de los motociclistas utiliza casco. Quien no cumpla, recibe multa y se le secuestra el vehículo. Así de simple.

Incluso se han observado funcionarios municipales que tampoco cumplen con las medidas de seguridad como el uso de cinturón o casco. La ejemplaridad debe comenzar desde el propio Estado.

La solución requiere incrementar la presencia de inspectores de tránsito, acompañados por fuerzas de seguridad, junto con sanciones realmente disuasorias: multas con montos significativos, secuestro de vehículos y controles permanentes. Una ciudad ordenada es una ciudad segura.

La seguridad vial no es un capricho, es una obligación del Estado y un deber de los ciudadanos. Es tiempo de que la autoridad municipal deje de mirar hacia otro lado y garantice la vida y la tranquilidad de todos.

Click para puntuar!
[Total: 1 Promedio: 5]