En el marco de la muestra colectiva del taller de Juan Ferrandis que se exhibe en el Movimiento Cultural El Limonero, el artista Juan Bonnet compartió sus reflexiones sobre el presente de la acuarela en la ciudad y los puentes que esta técnica milenaria tiende con el arte contemporáneo y digital.
Bonnet, quien transita el cierre de un diplomado en Arte con Inteligencia Artificial en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), destacó la vitalidad de un espacio de expresión artística singular que ya nuclea a cerca de 80 personas dedicadas a esta disciplina en Mercedes.
Para Bonnet, la acuarela ha dejado de ser una disciplina «limitada» o puramente clásica para convertirse en un medio accesible y profundo dentro de las Bellas Artes.
El artista resaltó la labor de Ferrandis al incorporar metodologías modernas de Europa que abren «otro mundo» a la transparencia del agua.
«Es muy interesante que ya seamos tantos dedicándonos a esto; es importante para el arte que haya una masa crítica», señaló Bonnet, quien llegó a la acuarela buscando rescatar una fascinación estética que conservaba desde su infancia.
En sintonía con el arte contemporáneo, Bonet destacó que en acuarela hoy el centro se ha desplazado de la estética pura hacia el concepto y el proceso de la obra.
El diálogo entre el agua y el algoritmo
Uno de los puntos más innovadores del análisis de Bonnet fue la comparación entre el comportamiento imprevisible del agua y las «alucinaciones» de la Inteligencia Artificial (IA). Según el artista, en ambos campos el error se convierte en el motor de la obra.
- El azar como herramienta: Bonnet explicó que así como en la acuarela un exceso de líquido puede generar un «coliflor» inesperado sobre el cual el artista decide trabajar, en la IA se busca el error técnico cuando la máquina «alucina» y ofrece un resultado no pedido.
- El proceso sobre la estética: En sintonía con el arte contemporáneo, destacó que hoy el centro se ha desplazado de la estética pura hacia el concepto y el proceso de la obra.
- La esencia de la técnica: «Mientras el medio sea el pigmento y el agua, sigue siendo acuarela», afirmó, validando las nuevas metodologías que observa en referentes de Inglaterra e Irlanda que desafían las tradiciones.
Calidad y variedad en exhibición
Al referirse al trabajo de sus compañeros de taller, Bonnet elogió el nivel de definiciones y la variedad de estilos que conviven en la muestra. Mencionó especialmente la obra de Bocha Blandini, realizada con tintes de café, como un ejemplo de la profundidad onírica que puede alcanzar la técnica.
La muestra del taller de Juan Ferrandis, que cuenta con la participación activa de Bonnet y otros 17 expositores, continuará abierta al público en El Limonero durante los próximos días, invitando a los vecinos a descubrir una disciplina que, lejos de ser estática, se encuentra en plena discusión con los paradigmas del arte actual.
En 27 esquina 34, por las tardes y con entrada libre.
