El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, envió una extensa carta pastoral a los fieles en la que recordó el sentido de la Cuaresma y compartió algunas recomendaciones para aprovechar bien este tiempo litúrgico.
Bajo el lema ‘Caminar Juntos con el Señor, en todo’, el arzobispo reflexionó sobre las “vivencias fascinantes que aquellos primeros discípulos tuvieron con el Maestro en la ‘escuela del camino’”.
Para experimentar la presencia cotidiana del Señor propuso cuatro acciones: tener gestos concretos que expresen nuestra fe; rezar y celebrar; meditar la Palabra de Dios; pedir perdón y perdonar.
En ese sentido, destacó que “el camino que hacemos juntos de la cuaresma y de la Pascua, lo hacemos con Jesús”. “El primer cambio profundo que debemos hacer es que Él esté presente en nuestra vida cotidiana, para poder tener la fuerza y la valentía de lavarnos los pies unos a otros”, dijo.
Para experimentar la presencia cotidiana del Señor propuso cuatro acciones: tener gestos concretos que expresen nuestra fe; rezar y celebrar; meditar la Palabra de Dios; pedir perdón y perdonar.
“¡En esta cuaresma camino con ustedes hacia la Pascua! Rezo por ustedes. ¡Lo hago siempre! Les pido humilde y fraternalmente que también me acompañen con la oración. Confío totalmente en la oración de ustedes que son mi Iglesia. La siento en mi corazón. Tengo la certeza que gracias a la oración de ustedes, podré convertirme más a Él”, concluyó.
El Sínodo
Por otra parte y en lo que hace al camino del Sínodo, aseguró que «lo caminamos juntos con el Señor, en todo»: «Este año estaremos todos atravesados por este acontecimiento eclesial que es el Sínodo sobre: “La Evangelización y la Catequesis Hoy”. Se trata de un tiempo muy importante de nuestra Iglesia Les pido que lo vivamos como una acontecimiento del Espíritu al que debemos prestar mucha atención y del que todos debemos ocuparnos», indicó el arzobispo.
«En el tiempo de conversión, necesitamos al mismo tiempo, dejarnos lavar los pies y lavárselos a otros, porque en definitiva, esa es la experiencia fundamental de la evangelización. La evangelización es una experiencia de inmersión compartida en el Amor de Nos sumergimos juntos en el Amor, en Dios, es decir, nos lavamos los pies unos a otros, como el Señor lo hace con nosotros y como nos enseñó. Esforcémonos por aprender a caminar juntos con Él, no lo demos por hecho, podemos estar en piloto automático, con prácticas que despacito nos van enfriando el corazón. Les recuerdo que en todo hacen faltas los contenidos del Evangelio, del Magisterio de la Iglesia, pero también la pedagogía de Jesús. Cuando los discípulos se hicieron cargo de la Evangelización de su tiempo, no sólo trasmitían el mensaje de Jesús, sino también, lo hacían como lo habían aprendido de Él, por eso fueron tan creativos y por eso generaron tantas transformaciones en su época», planteó.
Y sostuvo que «el desafío» es «caminar con Jesús en todo, para convertirnos y evangelizar como Él. El desafío es: lavarnos los pies unos a otros».