Desde los tiempos de antaño, los fuegos artificiales han simbolizado un momento de festejo y celebración para una colectividad o sociedad. Lo que siempre ha estado al mando de su proceso y despliegue, es la tecnología de la época. Esta ha ido evolucionando con el pasar de los años, mejorando sus rendimientos y los índices de seguridad.
En sus inicios se hacían de forma artesanal y peligrosa. Hoy en día contamos con empresas especializadas en el tema como saliutas.it, que ofrecen servicios modernos y de primera calidad con relación a los fuegos artificiales. Pero como dijimos anteriormente, es importante comprender que la tecnología de la época promueve la funcionalidad y las características de la pirotecnia. El contexto responde al nivel de fuegos que uno busque.
De acá surgen múltiples preguntas: ¿Cómo funcionan los fuegos? ¿Cómo se eligen los colores? ¿Y las formas? La respuesta es simple y complicada al mismo tiempo: todo se maneja por la química. Eso es lo que veremos a continuación.
Los fuegos artificiales son la suma de una mezcla de materiales; productos químicos, pólvora, tintes, combustibles. Gracias a esa ecuación, un agente puede arder sobre él para que explote en el aire y genere una forma o efecto, afirman los expertos en pirotecnia de SALIUTAS. Cada fuego en particular, cada pirotecnia se compone de una cualidad distintiva y eso es lo que estamos a punto de aprender.
Explosión y especialistas.
Históricamente ha existido una batalla cultural por demostrar que país, o que profesionales son los mejores a la hora de crear espectáculos con fuegos artificiales. Y acá podemos encontrar diversas ternas. Algunos, se enfocan en las explosiones, otros en los colores o en las formas. Otros tratan de dar una experiencia colectiva, artística. Rio de Janeiro, Hong Kong, Bélgica, México DF, Dubai, dependiendo de la escuela a la cual representan, se suele decir que en estos lugares, países, ciudades, podemos encontrar a los mejores de los mejores. No es solo un fin lúdico, es un arte, una música, una competencia.
La importancia de la musicalidad
Algunos buscan imprimir un carácter moderno, con la ayuda de drones, por poner un ejemplo. Otros están convencidos que la cantidad es importante; otros que la calidad. Pero para casi todos, la música es un agente vital a la hora de programar un show de este estilo. Definir una banda sonora, guiará el resto del proceso. Los fuegos artificiales tienen una musicalidad, una poesía sonora, dure lo que dure la celebración. No importa si son 15 minutos o 1 hora. Muchos profesionales definen esa musicalización, antes de adentrarse en la especificidad de los fuegos.
Los fuegos artificiales son pura química.
Como dijimos anteriormente, los fuegos son química. Se necesita un oxígeno que brinde una plataforma y otro agente que permite que se combustione la mezcla. Es por eso que se suele decir que es un binomio. Todo depende de esa explosión: lo que vemos y lo que oímos. Es una reacción controlada, que se maqueta anteriormente.
En este tipo de explosiones, forman parte: el carbono, el magnesio, el calcio, entre otros elementos. Como dijimos, cada uno aporta lo suyo. Luego, se le agrega brillo, color, sonido, musicalidad, luminosidad, etcétera. Son características comandadas por el material que utilicemos. Es una pócima, una receta culinaria.
– El sonido
El ruido, que es muy importante a la hora de un show, depende de la explosión. La liberación de una cantidad importante de energía y de forma rápida, es lo que produce ese sonido. Dependiendo de esa velocidad y de esa carga, el ruido será distinto. La onda que sucede afecta también la forma y el efecto del fuego. Hoy en día, muchas empresas optan por desarrollar fuegos con menor cantidad de ruido. Algunos hasta son completamente silenciosos.
– El color
Como todos los aspectos de un fuego artificial, el color también es controlado por la utilización de sustancias. Los metales que forman la mezcla indicarán el color del fuego en el aire. Es como cuando hacemos un guiso. Dependiendo de los condimentos, de las verduras y las carnes que le pongamos, este irá mutando sus colores. Es por eso que se suele comparar la formulación de un fuego, con la cocina de un gran chef.
Como dijimos, cada componente genera un color específico. Y en general esto se mide con metales: aluminio, titanio, entre otros. Luego se controlan las tonalidad, o los detalles. El brillo, por poner un ejemplo, depende de la temperatura con la cual se quema ese fuego.
Es acá donde podemos enfocarnos en las dos formas en que se produce el color. Por un lado tenemos la luminiscencia, que depende de la energía. Acá, el calor no tiene lugar ni trabajo y es por eso que suele aportar colores como el verde o el azul. Esta siempre está acompañada por la incandescencia, que si depende del calor, el fuego, de la explosión. Justamente, como podrán adivinar, formará rojos, amarillos y naranjas. Todo sucede como una combustión bastante intuitiva. De esa forma, pero con medidas de seguridad, trabajan los artistas profesionales que fabrican y diseñan los fuegos artificiales.
Nuevas fronteras.
Como dijimos anteriormente, hay muchas compañías que están investigando nuevas formas de generar efectos parecidos o semejantes a los de los fuegos artificiales o la pirotecnia. La principal razón, es por sus efectos en nuestro medio ambiente, que cada vez requiere de mayor cuidado. Desde este punto de partida, se han realizado múltiples descubrimientos.
En primer lugar, la nanotecnología. Una tecnología biodegradable que evita que las explosiones y sus restos caigan en nuestros mares o ciudades. Otro estudio, es el del nitrógeno. Se ha descubierto que cuanto más nitrógeno tenga nuestra composición, menos humo y menos resabios generará nuestro fuego. Algo que claramente vino a cambiar la industria para siempre.
Hay que entender que estos avances seguirán evolucionando la forma en que producimos los fuegos. Debemos pensar que todo comenzó de forma artesanal y manual y actualmente podemos accionar un espectáculo gigantesco, a kilómetros de distancia, de forma segura y al alcance de un botón.