María Eugenia Gaitán, diseñadora gráfica y artista plástica, demuestra que la creatividad puede renacer en los momentos más inesperados, y que el arte y el diseño no solo son herramientas de comunicación, sino también medios para reconectar con uno mismo y con los demás.
Se trata de una talentosa diseñadora gráfica e ilustradora que ha encontrado en el arte una forma de expresar su creatividad y conectar con su entorno. En una entrevista con este medio, comparte su inspirador recorrido desde los primeros pasos en la ilustración digital hasta su renacimiento artístico durante la pandemia.
■ Son muy llamativos los nuevos diseños de la ciudad que estás haciendo en remeras. ¿Cómo surgió la idea?
Comenzó con postales y llegó después de que un familiar me preguntara si tenía alguna obra que una persona que vive en el exterior pudiera llevarse sobre la ciudad.
Pensé que estaría bueno que alguien de afuera pudiera recordar un bar al que iba a tomar un café, recuerdos de su ciudad, o como regalos institucionales para lugares turísticos. Así empecé a “pintar” digitalmente lugares de Mercedes, pero que también pueden ser de y para cualquier parte del mundo.
Lo bueno es que pueden enviarse por mail o WhatsApp, sin perder calidad y cada quien elige cómo materializarlo.
El dibujo de Mercedes, surgió con la idea de nuclear su esencia en una sola imagen- Estampar las remeras fue para trasmitir que un dibujo no es solo eso, sino que puede tomar cuerpo. Supongo que esta mirada me la da mi profesión de diseñadora gráfica.
■ ¿En qué diferenciás el arte y el diseño?
Son distintos y complementarios. El diseño persigue objetivos, debe dirigirse a un público determinado, comunicar cuestiones específicas y obtener resultados, algo que me encanta hacer también. El arte, en cambio, es subjetivo, nace de un impulso inexplicable y puede gustar o no. En mi caso, puedo pensar una obra artística para los fines de un diseño y lo que quiere comunicar. Por eso trato de no atarme a un estilo, sino que estoy en constante exploración.
«El diseño persigue objetivos, debe dirigirse a un público determinado, comunicar cuestiones específicas y obtener resultados, algo que me encanta hacer también. El arte, en cambio, es subjetivo, nace de un impulso inexplicable y puede gustar o no»
■ Tenés experiencia en la ilustración pero no la habías mostrado antes. Hace más de 20 años que hago diseño gráfico, dibujo y pinto desde muy chica, e ilustrar siempre fue un plus que me sirvió para aplicar en mi trabajo. Sin embargo, nunca hasta ahora lo había mostrado para ampliar horizontes y después de haberme alejado un tiempo de mi parte creativa y 9 años de trabajar en el Correo, con la pandemia cambió todo. ■ Eras parte de un estudio gráfico, pero de pronto se cerró… Sí, muchos recordarán el estudio, el primero en Mercedes, que compartí con Mariano Fuaz, quien fue mi pareja y coequiper durante muchos años. Atravesé una crisis personal, muy mía. Estaba muy cansada, ser independiente y vivir de las ideas desgasta mucho, tal vez porque trabajo desde los 20, me casé a los 22 y necesitaba conocerme más. Éramos un combo, nos desestabilizamos, y sin pareja no había estudio. Hoy en día somos papás de Tobías, seguimos estando muy conectados y somos familia.■ ¿Cómo influyó la pandemia en tu regreso al arte? Hizo un click. Cuando cerramos «El Estudio» puse a dormir a la creativa que siempre tenía la cabeza embarullada de proyectos e ideas pero que también tenía la obligación de planificar, organizarse, ser mamá y llegar a fin de mes, como todo emprendedor. Unos años después comencé a trabajar en el Correo y fue un tiempo que me ayudó a hacer pie en varios sentidos.Pero con la pandemia, salíamos antes del trabajo y no había nada para hacer. Empecé a pintar de nuevo y no podía parar.Abrí un Instagram, subí algunas cosas que hice y hasta vendí cuadros. Recordé lo lindo que se sentía hacer lo que te gusta. Yo nací para esto, pensaba.En ese tiempo me contactó Germán Molinari, quien tiene la sede de la Universidad Siglo 21 y para quien hice varios trabajos y me propuso hacer diseños para gente de Capital, principalmente para comunicación institucional que es mi fuerte. También me reconecté con el diseño.La pandemia terminó, todo volvió a la normalidad, pero yo ya no era la misma y estaba incómoda. Algo en mí quería volver a mi esencia del diseño y el arte.El cambio de gobierno puso de cabeza al correo, y yo sentí que no tenía más lugar para crecer a pesar de que recientemente había estrenado un nuevo puesto. Hace poquito se abrió el retiro voluntario, y después de consultarlo en casa con mis dos pilares emocionales, mi pareja, que hoy es Tito Cores y mi hijo que pese a sus 20 años tiene mucha madurez, me animaron a que dé el salto. Hasta Mariano también dio su empujón. Y en eso estoy hace poco más de un mes. Empecé a mostrar más lo que hago, reorganizándome de a poco, volviendo al ruedo.■ Y ya que hablamos de arte, ¿qué opinión tenés sobre la aparición de la inteligencia artificial en la creación de imágenes? La inteligencia artificial propone un nuevo desafío. Muchas profesiones están comprometidas y quien más rápido la entienda será quien más se adapte a estos cambios. Uno de los usos más populares de la IA es la generación de imágenes, algunas increíbles y que sirven como disparadores creativos. Pero yo pedí a la IA una ilustración que refleje la identidad de Mercedes y creo que se quedó tildada. Mucho depende de nosotros, de valorar la creación como algo que nos diferencia como seres sintientes y humanos.
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Ilustraciones: https://maslindoconarte.my.canva.site/
Diseño: https://www.behance.net/mariaegaitan