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Beatriz Janin: “Los niños nos dicen que están sufriendo, pero los encasillamos en diagnósticos”

Beatriz Janin, reconocida psicóloga y psicoanalista argentina, es una de las figuras más importantes en el campo de la psicología infantil y el psicoanálisis de la niñez en Argentina y Latinoamérica. Es autora de varios libros y artículos especializados sobre el desarrollo infantil, la subjetividad y las problemáticas que atraviesan a los niños y adolescentes en la sociedad contemporánea. Además, es una de las fundadoras del Forum Infancias, un colectivo interdisciplinario de profesionales que aboga por una mirada crítica y humanista sobre los diagnósticos de los niños y adolescentes, en oposición a los rótulos y clasificaciones que patologizan comportamientos sin un análisis profundo. El Forum, que comenzó hace 17 años en Argentina, ha crecido significativamente y hoy tiene representación en muchas ciudades del país, e incluso en otros países como España, Uruguay, Perú y Chile.

Recientemente, se constituyó el Forum Infancias Suipacha-Mercedes, una nueva sede regional que busca continuar con esta misión en estas localidades bonaerenses. El Forum Infancias tiene como propósito generar espacios de reflexión sobre la infancia y la adolescencia, abordando las problemáticas actuales desde una perspectiva integral que va más allá de los diagnósticos cerrados. Además, promueve congresos y encuentros que buscan intercambiar experiencias y conocimientos entre profesionales de distintas disciplinas que trabajan con niños y adolescentes.

En esta entrevista con NOTICIASMERCEDINAS.COM, Janin aborda temas relacionados con la formación de profesionales, los diagnósticos y los desafíos que enfrentan las infancias en el contexto actual.

■ ¿Cómo ve usted la formación de los trabajadores de la psicopedagogía en la actualidad y su relación con los diagnósticos que se realizan a los pacientes?

Hace tiempo que venimos enfrentando un problema complicado en relación a los diagnósticos. El Forum Infancias nace hace 17 años con la intención de cuestionar y replantear esto, y hoy en día tenemos Forum Infancias en todo el país, e incluso en países como España, Uruguay, Perú y Chile. Pero nuestra preocupación surge porque, en muchos casos, lo que se hace no es diagnosticar en el sentido de entender la problemática específica de un chico. En lugar de eso, lo que se suele hacer es encasillar. Se observan ciertos síntomas y, a partir de eso, se coloca un rótulo. Muchas veces los padres, desesperados, buscan información en internet y terminan armando un «diagnóstico» basado en una lista de síntomas.

Lo que sucede es que no se aborda lo que realmente le está pasando al niño. Nos encontramos con muchos chicos que, de una u otra manera, nos están diciendo que están sufriendo, que la están pasando mal. Y entonces, si un niño se porta mal en clase, si no aprende, si arma escándalos por cualquier cosa, no es porque haya nacido de determinada manera. Estamos en una sociedad que genera ciertas subjetividades, y esto es algo que tenemos que entender.

Vivimos en una sociedad que está inmersa en nuevas tecnologías, y los niños pasan mucho tiempo frente a pantallas. Esperamos que después de estar sumergidos en imágenes, escuchen la palabra y se comporten como deseamos. Pero lo que ocurre es que los chicos están reflejando lo que pasa en la sociedad

■ ¿Cree que las condiciones sociales actuales influyen en los problemas que enfrentan los niños hoy en día?

Absolutamente. Vivimos en una sociedad que está inmersa en nuevas tecnologías, y los niños pasan mucho tiempo frente a pantallas. Esperamos que después de estar sumergidos en imágenes, escuchen la palabra y se comporten como deseamos. Pero lo que ocurre es que los chicos están reflejando lo que pasa en la sociedad. La pandemia fue un claro ejemplo de esto. Durante la pandemia, los adultos estaban angustiados, desesperados, tristes, y eso se transmitió a los niños.

Es muy frecuente que frente a la tristeza de los adultos, los niños reaccionen moviéndose mucho o llamando la atención, es lo que llamamos «portarse mal». Lo que sucede es que el niño intenta decir «aquí estoy» y busca sacar a los adultos de esa tristeza. Pero en lugar de ver el contexto, se focaliza el problema en el niño, cuando tal vez los adultos, los padres o maestros, también están angustiados o desbordados.

■ Mencionaba la pandemia y su impacto en los diagnósticos. ¿Qué observó en ese período?

Fue interesante ver cómo durante la pandemia aumentaron notablemente los diagnósticos. Muchos más niños fueron catalogados con «trastornos del espectro autista», por ejemplo. Pero si analizamos bien, este supuesto diagnóstico muchas veces no es más que un rótulo. En lugar de preguntarnos qué impacto tuvo la pandemia en esos niños, se asumió que habían nacido de una determinada manera y que el problema era permanente.

Lo que en realidad ocurrió es que, con la pandemia, los adultos tuvieron menos tiempo para jugar y hablar con los niños. Los adultos estaban encerrados, trabajando desde casa o buscando trabajo, y tuvieron menos espacio para interactuar con ellos. Y por supuesto, les transmitieron sus propias angustias. Los niños son muy sensibles a lo que ocurre a su alrededor, y eso se reflejó claramente.

En lugar de evaluar a los niños con cuestionarios y etiquetas, lo primero que debemos hacer es escuchar. Escuchar a los padres, conocer la historia de la familia y, por supuesto, escuchar al niño. Los niños nos cuentan lo que les pasa a través de su juego, sus dibujos, sus acciones. Pero para eso, los adultos tenemos que estar disponibles.

■ Frente a estas situaciones, ¿cómo propone abordar los casos en lugar de encasillarlos con diagnósticos?

Creo que no es tan difícil como parece. En lugar de evaluar a los niños con cuestionarios y etiquetas, lo primero que debemos hacer es escuchar. Escuchar a los padres, conocer la historia de la familia y, por supuesto, escuchar al niño. Los niños nos cuentan lo que les pasa a través de su juego, sus dibujos, sus acciones. Pero para eso, los adultos tenemos que estar disponibles.

Cada niño es diferente, y lo que tenemos que hacer es entender qué le pasa a cada uno para poder ayudarlo de la mejor manera. No podemos simplificar todo a un diagnóstico o un cuestionario. Hay que escuchar, observar, y recién ahí intervenir de manera personalizada.

■ ¿Qué nos puede contar sobre el próximo Encuentro Nacional del Forum Infancias?

El próximo Encuentro Nacional del Forum Infancias se realizará en Santiago del Estero los días 4 y 5 de octubre. Actualmente, somos 32 Forums en todo el país, y en este encuentro vamos a tener la posibilidad de dialogar y compartir experiencias. Habrá paneles con profesionales de distintas disciplinas: psicopedagogos, psicólogos, médicos pediatras, psiquiatras, abogados, entre otros, todos trabajando en el ámbito de la infancia.

En casos de alucinaciones, no hay duda de que es necesario medicar. Pero lo que suele ocurrir es que se medica a los niños porque se mueven demasiado, porque molestan a los adultos, y eso no es un motivo válido para medicar.

Es un espacio importante para intercambiar ideas y repensar la forma en que estamos abordando la infancia. Creo que es fundamental rescatarlas y no tratar de adaptar a los niños a modelos preestablecidos. Cada niño es un sujeto en crecimiento, y a veces, esperamos que actúen como adultos, cuando en realidad están en pleno proceso de transformación.

■ ¿Qué piensa sobre la medicalización de los niños que muchas veces se utiliza para «normalizar» comportamientos?

La medicalización es un tema muy delicado. Creo que hay una diferencia entre un niño que tiene alucinaciones, lo cual es muy raro, y un niño que simplemente se mueve mucho. En casos de alucinaciones, no hay duda de que es necesario medicar. Pero lo que suele ocurrir es que se medica a los niños porque se mueven demasiado, porque molestan a los adultos, y eso no es un motivo válido para medicar.

Lo que se está haciendo es adaptarlos a un sistema que no los entiende, y en muchos casos, los niños mismos dicen que se sienten peor después de la medicación. Los adultos están contentos porque los niños se quedan quietos, pero esos niños a menudo están tristes. Hay un enorme mercado de laboratorios que se ha centrado en los niños porque ya cubrieron a los adultos. Es un problema que tenemos que enfrentar y trabajar desde una mirada más comprensiva hacia la infancia.

 

La mirada crítica de Beatriz Janin y del Forum Infancias invita a repensar cómo se está abordando el cuidado y la comprensión de las infancias. En un contexto donde los diagnósticos y las etiquetas se imponen con frecuencia, es vital recordar que cada niño es un sujeto único, en constante crecimiento y transformación.

El próximo Encuentro Nacional del Forum Infancias será una oportunidad para que profesionales de todo el país se reúnan y continúen construyendo una visión más humana y respetuosa hacia la infancia.