Bajo el lema “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”, se desarrolló la 50º Peregrinación Juvenil a Luján, en una jornada histórica al cumplirse 50 años de una caminata que mueve la fe y esperanza de todo un pueblo, superando la cantidad de fieles de años anteriores que llegaron a nuestra ciudad para rendirle tributo a la Virgen de Luján.
La columna principal con la imagen cabecera de la Virgen salió el sábado a las 10 horas, desde el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers. Sin embargo, desde muy temprano del día sábado, los peregrinos comenzaron a llegar a nuestra ciudad. Miles de personas ingresaron desde las primeras horas de la jornada, algo que en otros años solía ocurría pasado el mediodía, superando las expectativas.
Durante la madrugada, se produjo la llegada de la imagen cabecera a la plaza Belgrano, que significó el momento de mayor convocatoria y que generó una gran emoción y repercusión.
La tradicional expresión de fe, organizada por la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular del Arzobispado de Buenos Aires, se llevó a cabo con total tranquilidad y con todos los puestos a disposición de cualquier necesidad a lo largo de todo el trayecto.
Esto demandó una articulación entre el Municipio de Luján, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y la Basílica Nuestra Señora de Luján. A lo largo de los casi 60 kilómetros, se desplegaron hospitales móviles, personal médico, ambulancias, baños químicos, patrulleros, policías, controles de tránsito, defensa civil, stands para proveer agua, alimentos y diferentes puntos de reciclaje.
En nuestra ciudad, se instalaron dos puntos de control principales: el primero en el Puente de Control, donde había un hospital de campaña al igual que en la avenida Nuestra Señora de Luján; y otro en Humberto y Las Heras, a cargo de la Cruz Roja. También se montó un puesto especial para adultos mayores y personas con discapacidad en la esquina de 9 de Julio y Las Heras.
Con misas desde el sábado cada una hora, hora y media, el domingo el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió la tradicional misa central de las 7 horas, en la Plaza Belgrano, a las puertas de la Basílica.