Por Emmanuel Langone.
El 18 de diciembre de 2024, en el marco de la causa Burcez, prestó declaración un profesional de la salud ante la UFI N° 3 del Departamento Judicial de Mercedes. Durante el interrogatorio, llevado a cabo por el secretario de la fiscalía, experto en criminalística, y también con mis preguntas, se aportaron detalles relevantes que ayudaron a despejar muchas dudas.
El médico señaló que el cuerpo de Jonathan no presentaba estigmas evidentes de traumatismo. Sólo se detectó una otorragia en el oído izquierdo y una escoriación en el brazo derecho, pero sin que pudiera determinarse el tiempo de evolución de esta última. En un principio, se consideró la posibilidad de un accidente cerebrovascular (ACV), hipótesis que fue descartada luego de realizarse una tomografía.
Se confirmó la presencia de una fractura lineal en el cráneo, sin hundimiento, acompañada de un hematoma subdural. El profesional explicó que la ausencia de hundimiento no descartaba un traumatismo significativo. Además, se identificó un trauma torácico por contusión pulmonar, pero no se observaron lesiones vertebrales propias de una caída.
hipótesis de un ACV: Los estudios descartaron la posibilidad de un accidente cerebrovascular, y las lesiones plantearon dudas significativas sobre un accidente de tránsito.
Consultado sobre el mecanismo que podría haber causado estas lesiones, el médico mencionó que podrían ser compatibles con una caída desde la propia altura, siempre y cuando Jonathan no hubiera ofrecido resistencia al impacto. Esta afirmación es clave, ya que el cuerpo no muestra signos de defensa ante un eventual golpe.
Otro detalle relevante es que Jonathan ingresó al hospital sin ningún otro sangrado más allá del goteo en el oído izquierdo. La otorragia, aclaró el médico, suele estar asociada a una lesión en la base del cráneo, lo cual no coincidía con la ubicación de la fractura detectada.
Testimonio determinante: La falta de signos de arrastre y scalp, junto con la naturaleza de las lesiones, refuerza la idea de que Jonathan sufrió un golpe directo y no un siniestro vial.
El testimonio de una enfermera, brindado al día siguiente, refuerza las dudas sobre la hipótesis inicial de un accidente de tránsito. Según su experiencia, la falta de signos de arrastre, fracturas múltiples, scalp (heridas con levantamiento de piel en el cuero cabelludo) o escoriaciones hace imposible que se trate de un siniestro vial. Más bien, afirmó que las lesiones son compatibles con un golpe directo.
Como he sostenido desde un principio, no existe evidencia concluyente que relacione las lesiones de Jonathan con un accidente de tránsito. Los testimonios médicos y las declaraciones de los profesionales de la salud apuntan en otra dirección. Confío en que las próximas declaraciones permitirán descartar definitivamente esta hipótesis.
Emmanuel Langone es abogado especialista en indemnizaciones y defensas penales. Tiene su estudio en Tucumán 19, Chivilcoy. Contacto 2346-525751