“Para un hombre que quiere ser su propio amo y no depender de nadie, hacer que la vida se ajuste a sus visiones en lugar de seguir los planos de los demás, la dramaturgia es la ocupación perfecta. Sentarse en una habitación solo durante seis, siete o diez horas, compartiendo el tiempo con los personajes que ha creado, es puro cielo. Y si no lo es, al menos es un escape del infierno».
La cita con la que comenzamos esta nota pertenece al dramaturgo y guionista cinematográfico más prolífico y brillante que ha tenido Estados Unidos, en el siglo XX: Neil Simon, que fue un observador agudo y crítico de la sociedad en la que vivió y supo, tanto en las comedias como en los dramas, desnudar los intersticios más recónditos de sus personajes.
El ritmo de sus obras, donde aparece constantemente la fluctuación pendular que va de la carcajada a la emoción de manera ascendente y los diálogos, cargados de fina ironía, han sido siempre su sello de presentación.
El sábado 17 de agosto, el “Grupo Entretelones” subió a escena “Cena Para Seis”, en una puesta excelente, donde estuvieron presentes todos los elementos mencionados.
La obra –una sátira sobre el matrimonio– presenta a seis personas que confluyen en la lujosa suite de uno de los hoteles más refinados de New York, y entre ellas se producen una serie de encuentros y desencuentros francamente hilarantes que, de manera sutil, dan paso a la reflexión emotiva cuando los personajes quedan expuestos ante los demás y ante ellos mismos.
Simon traza una perfecta pintura de cada invitado en la que cualquiera de nosotros podría verse reflejado.
No falta, además, la cuota de misterio y un final inesperado.
Poner en escena una comedia de Simon, siempre es un desafío porque el ritmo, es uno de los elementos esenciales para que la puesta sea eficaz. Luján Biaggini y Eduardo Grinovero, realizaron, en tal sentido, un trabajo excelente, donde la acción no dio tregua al espectador que respondió en todo momento al planteo escénico.
Las actuaciones
Ricardo Boffi – Enzo Filippo – armó su personaje con la solvencia que lo caracteriza. Destacamos su expresividad, la plasticidad gestual desplegada, particularmente en los diálogos, así como algunas de sus explosiones de ira que convierten a su personaje en un ser querible.
Luján Biaggini – Marieta Magnani – realizó una composición maravillosa de su personaje.
Esta joven actriz no deja de sorprender por la ductilidad con que encara sus trabajos. Ha desarrollado una veta cómica excelente, en la que puede llevar a su personaje al límite, produciendo en los espectadores momentos de gran hilaridad.
Patricio Uncal – Andrés Errecart – encarnó un personaje distinto a todo lo que ha realizado últimamente. Esta situación comporta un desafío doble para un actor joven y talentoso como él pero, una vez más, salió airoso de la prueba y mostró a un Andrés frío, por momentos despiadado y sarcástico, que una y otra vez confronta con los otros invitados.
Laly Fraiese – Joana López Crespo – interpretó un papel complejo, contradictorio y, por momentos misterioso. Alguien que justifica una manera de amar peligrosa, de la que se puede salir herido.
La actriz transmitió cada uno de los desafíos que Simon propone en su texto y, no solo hizo creíble a Joana sino que desplegó un trabajo corporal de excelencia en el escenario, tal como su personaje lo requiere.
Karina Ricchini aparece encarnando a Ivonne Pitelle, una mujer tímida, indecisa y temerosa que, pese a todo, ha decidido ser escuchada.
Sus parlamentos, la gestualidad con que viste al personaje, deslumbraron porque fluyeron con la naturalidad que solo una gran actriz puede alcanzar al componer su papel.
Para el final hemos dejado a Eduardo Grinovero que hizo de su Arturo Finkel una verdadera creación.
Finkel es un hombre básico, poco acostumbrado a la vida social, hecho que demuestra a cada paso en la accidentada reunión y que ha erosionado, además, su matrimonio.
Las características del personaje fueron explotadas al máximo por el actor que supo imprimirles, tonos, guiños, acciones corporales desopilantes por momentos, de una ingenua ternura, en otros.
Siempre es riesgoso para un actor fluctuar en los bordes de una interpretación pero Grinovero aceptó el reto y supo conducir a su criatura por los vericuetos que Simon creó, armando un personaje entrañable y verdadero, en una actuación impecable.
El “Grupo Entretelones”, una vez más, ha entregado al público una obra excelente, con una puesta refinada, elegante, realzada por la iluminación, sonido y efectos especiales que Luciano Andújar tuvo a su cargo y actuaciones a la medida de esta brillante comedia.
No sería aventurado suponer que, si tal como Simon decía… “Sentarse en una habitación solo durante seis, siete o diez horas, compartiendo el tiempo con los personajes que uno ha creado, es puro cielo”…
Seguramente habría estado muy feliz de haber sido invitado a esta “Cena Para Seis”
«CENA PARA SEIS» de Neil Simon
Con Karina Ricchini, Laly Fraiese, Lujan Biaggini, Ricardo Martín Boffi, Patricio Uncal y Eduardo Grinovero
Sábados y Domingos 20.30 hs. Biblioteca Sarmiento. Valor de la entrada $ 250. Reservas al 2324-522310