Vecinos de la planta de Sigma – Agro que se incendió el 27 de septiembre reclaman un plan de remediación urgente ante la contaminación ambiental producida por el siniestro, cuya real gravedad no ha sido todavía determinada.
A casi dos semanas del trágico episodio, aún no se conoce efectivamente la cantidad ni calidad de los elementos que entraron en combustión o se derramaron, aunque habitantes y especialistas advierten sobre el riesgo que significan herbicidas, insecticidas y fungicidas para la salud humana.
“Se pasan la piedra caliente pero nadie sabe un carajo”, graficó Martín Barros, vecino de la planta incendiada, tras la reunión que sostuvieron ayer por la mañana en Tomás Jofré con funcionarios municipales, provinciales y nacionales.
En un resumen del encuentro que circuló entre los vecinos se advirtió que “esperan que la empresa se decida a presentar un plan para la limpieza pero no saben cuándo ni de qué manera se va a remediar la situación”.
“Esto es lo mismo que plantear que el director de un jardín de infantes acusado de pedofilia siga abusando de los niños mientras ningún responsable se hace cargo de desvincular al sujeto de su cargo”, compararon los vecinos.
También persisten las inquietudes de los pobladores respecto de la habilitación de la planta, las inspecciones a las que debió haber sido sometida, o si contaba con el correspondiente certificado de aptitud ambiental. “Tenemos más dudas que antes”, indicó Barros.
