En la década de 50 y 60 funcionó en lo que por entonces era la ruta nacional 5 –entre calles 19 y casi 15, llegando a los galpones de la familia Boragno (hoy Chapa Mercedes) y casi hasta la calle 106–, un vivero municipal similar al que por estos días se propone implementar.
Según cuentan vecinos de la zona que peinan canas o no tienen pelo se producían allí verduras de huerta con el trabajo familiar que los caseros de ese predio realizaban.
Sobre este sitio recuerdan que en el centro tenía un molino con un tanque australiano, que proveía el agua para el riego. En tanto, los alimentos que allí se producían serían distribuidos en comedores sociales como los del Instituto Unzué, el Martín Rodríguez, el Hospital Dubarry y otros.
En el centro tenía un molino con un tanque australiano, que proveía el agua para el riego. En tanto, los alimentos que allí se producían serían distribuidos en comedores sociales como los del Instituto Unzué, el Martín Rodríguez, el Hospital Dubarry y otros.
Hoy allí se ubican las torres de Fonavi, los edificios de Gendarmería y otro complejo de edificios de varios pisos.
Enfrente había una cancha de pelota paleta del club Vélez Sársfield, en la que solían organizarse eventos boxísticos, junto al almacén de la familia Basualdo, en 17 y 2. Hoy allí funciona una estación de servicios Shell.
En ese sector había además una feria sobre las veredas. Estos puestos se ubicaron tiempo después y tenían en su oferta pescados, pan y artículos de almacén, además de carne, en una suerte de feria fija que supo funcionar diariamente también con el aval del municipio.
El vivero municipal estaba a cargo de un casero de apellido Arigoni, que vivía allí con su familia. Pero la urbanización de la zona que ya no era de quintas sino residencial cambiaría el panorama: en la década del 70 se comenzaría con la construcción de edificios en el complejo de calle 17 a 19, sobre avenida 2, cuando todavía era ruta 5. Luego el predio de vivero quedaría desocupado y por mucho tiempo llegarían circos con sus carpas al lugar: pasarían por allí circos como el Real Madrid y otros. Luego se abrió la calle 17 hasta la 104 y comenzaría el proyecto de construcción de barrio Fonavi, a principios de los 80.
Hoy se discute desde el ámbito comunal, con el apoyo de la secretaría de Desarrollo Social y la participación de varios actores que trabajan la tierra, la implementación de «colonias agroecológicas» que podrían generar trabajo en tierras ociosas del Estado que serían ocupadas y laboradas por familias, que produzcan allí alimentos sanos y que generen beneficios para la ciudadanía, a través de la generación de empleo en las actividades destinadas a la producción, distribución y comercialización de alimentos, y también en el aumento y estabilización de los ingresos familiares de la población beneficiada, proponiendo un esquema de donaciones de parte de las familias de la colonia a la comunidad.