Un lobo marino macho juvenil de la especie de Dos Pelos Sudamericano (Arctocephalus australis) regresó al mar en las playas de San Clemente durante la mañana del viernes 20 de agosto, luego de un período de rehabilitación de tres semanas. El animal fue rescatado, en primera instancia, por Defensa Civil del Municipio de Tigre, en la intersección de la calle Talan Talan y un arroyo, en la localidad de General Pacheco. De allí fue trasladado a la Fundación Temaikén, donde se lo estabilizó, antes de ser derivado, a través del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), a la Fundación Mundo Marino.
“Junto a los veterinarios y los cuidadores constatamos que el animal estaba bajo de peso, débil y deshidratado. Por lo cual, lo primero que hicimos fue estabilizarlo, a través de la hidratación y a alojarlo en un ambiente con las condiciones de temperatura y confort adecuados. Luego comenzamos progresivamente a ofrecerle alimento para que recobre fuerzas y peso. Una vez estabilizado, se avanzó en el proceso de derivación a través de una caja transportadora especial para estos animales que les asegura una adecuada ventilación y comodidad para un viaje de más 300 kilómetros”, explicó Cristian Gillet, responsable del Centro de Rescate de la Fundación Temaikén.
El 30 de julio el lobo marino arribó a las instalaciones de la Fundación Mundo Marino para continuar el proceso de rehabilitación. Se le tomaron muestras de sangre tanto al ingreso como antes de darle el alta médico veterinaria. “A los pocos días de llegar el animal comenzó a comer pescado por sus propios medios y pudo recuperar progresivamente el peso adecuado a su etapa etaria. El primer paso siempre es la hidratación, porque ellos metabolizan el agua a través del pescado que ingieren. Por eso en estos casos, la desnutrición viene acompañada de deshidratación, hipotermia y anemia”, describió Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del centro de rescate de la Fundación Mundo Marino.
Respecto al motivo por el cual este animal apareció en ese lugar, Rodríguez Heredia aclaró: “No es el primer caso que recibimos. El año pasado rehabilitamos otros pinnípedos que aparecieron en Gualeguaychú, Tigre y Escobar. Se trata siempre de animales juveniles, sin compromiso reproductivo, cuya única responsabilidad es la búsqueda de alimento. Muy posiblemente este lobo sea originario de las colonias de esta especie que se encuentran en las islas frente a Uruguay. Ellos incursionan tanto en el estuario del Río de la Plata como en aguas de la Bahía Samborombón, por la gran oferta de alimento que encuentran. En ese merodear en búsqueda de alimento es probable que haya ingresado a través del Delta del Paraná, en el Tigre”.
Acerca del Arctocephalus australis
Como sucede en el caso de otras especies de pinnípedos, esta especie es polígama y paren una cría al año. Pertenece a la familia de los otáridos y se diferencian de los fócidos (focas), por poseer pabellón auricular detrás de sus ojos y por utilizar sus aletas posteriores para la locomoción (las focas, en cambio, reptan con el vientre). La distribución del Lobo de Dos Pelos es amplia y va desde la Isla de Marco, en Uruguay, hasta la Isla Mayorca, en Perú. Existen grandes agrupaciones de esta especie en islas uruguayas como son la Isla de Lobos, Islas de Torres, e Islas de Castillo Grande, en el norte del estuario del Río de la Plata. Su nombre se debe a que poseen 2 capas de pelo: una interna, impermeable, y otra externa, que cubre a la primera y otorga el color al animal. Los machos alcanzan una longitud cercana a los 2 metros y un peso de 150 kilogramos, en tanto que las hembras llegan a medir 1,40 metros y pesar hasta 60 kilogramos.
Respecto a la alimentación esta especie se alimenta de langostinos, camarones, calamares y distintos tipos de peces.