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La foto de un perro durmiendo rompió el mercado

La publicación de la imagen de una mascota durmiendo hizo que el precio de una criptomoneda diera ayer un salto de 1300 por ciento. Es que fue el CEO de Tesla, Elon Musk, quien emitió un tweet con esa foto acompañada por tres palabras: “Floki has arrived”. En español, Floki ha llegado.

El sustantivo propio refiere al nombre del cachorro de raza Shiba Inu, pero también a una nueva criptomoneda o bitcoin Shiba Floki.

Menos de tres meses atrás, el 25 de junio, Musk había adelantado que la mascota se llamaría así. La criptomoneda se describe como descendiente de los memes Dogecoin.

Meme

Doge es el nombre de un meme, viralizado en el año 2013, que consistía en una foto de otro perro de esa raza rodeado de frases escritas incorrectamente en diferentes colores y bajo una misma tipografía, sin criterios de diseño.

Por qué crecen

Aparecen continuamente noticias sobre el aumento o la caída del valor de las criptomonedas o bitcoins. Su volatilidad tiene varias consecuencias, además de su notoriedad: los movimientos rápidos de precio intradía ofrecen a los inversores la oportunidad de apostar en largo y en corto.

A su vez, es importante la liquidez, esa cualidad de medir el tiempo que se tarda en convertir una criptomoneda en efectivo sin que impacte en el precio del mercado. El mercado de criptomonedas se considera ilíquido porque las transacciones se dispersan en diferentes mercados. Sin embargo, existen operaciones en las que se puede conseguir mayor liquidez.

Más allá de lo noticioso y humorístico, las criptomonedas tienen una base sólida. No tienen una autoridad que pueda establecer sus reglas porque se trata de un sistema de redes. Tecnológicamente, son nodos tecnológicos los que se conectan sin depender de un interruptor que los pueda encender o apagar.

Tal como destacó el propio Musk, también es cierto que las criptomonedas son más ecológicas que la minería de oro o el sistema financiero tradicional.

«Bitcoin será más ecológico que la minería de oro o el sistema financiero tradicional», sostuvo Musk durante la conferencia, que llegó a tener más de 100.000 usuarios conectados.

Criptomonedas o bitcoins atados al dólar

También existen las monedas digitales estables

, conocidas como stablecoins, y tienen su valor vinculado a otro activo, como el dólar. Así, no tendrían posibilidad de subir o bajar su precio, por lo que son consideradas como un par comercial ideal en el universo virtual. Su principal ventaja es que su transferencia como medio de pago resulta rápida, fácil y barata.

El futuro encriptado

En tiempos en que la pandemia abrió un panorama de incertidumbre global y total, las criptomonedas o bitcoins, este tipo de divisa alternativa o moneda digital, son tema de debate y controversia porque todo futuro es posible. Hay quienes abogan por su control descentralizado y quienes lo hacen por las monedas centralizadas por los bancos centrales. Lo cierto es que la hipótesis de que sean adoptadas masivamente y se conviertan en la moneda de todo el planeta es una posibilidad.

Si se tiene en cuenta que la mayoría de los patrones monetarios venían durando 50 años y que el dólar alcanzó ese rol el 15 de agosto de 1971, la incertidumbre se va despejando. Ese día, Richard Nixon anunció el fin de la convertibilidad entre el dólar y el oro.

El oro había sido utilizado como medio de cambio durante la antigüedad, pero como patrón clásico tomó fuerza entre 1870 y 1914. Durante la Primera Guerra Mundial, se interrumpió el funcionamiento del patrón oro internacional porque los países beligerantes prohibieron las exportaciones de ese material. Desde 1919, se restableció pero con diferencias: ya no era dominado por un solo país: el dólar competía con la libra en los pagos internacionales.

No sólo las guerras intervienen en las definiciones monetarias. Los cambios tecnológicos también lo hacen, y motorizan además cambios culturales, económicos, políticos, sociales y jurídicos cada vez más acelerados. Por eso, pensar que el dólar tendrá un futuro de largo aliento y prominente sería por lo menos necio.