En el marco del Congreso Internacional de Periodismo organizado por FOPEA, el panel titulado “Trolling y otras formas de violencia digital contra el periodismo” expuso una problemática creciente para la libertad de expresión y el ejercicio de la prensa en entornos digitales.
La charla, desarrollada de manera virtual, tuvo como protagonista a Silvio Waisbord, académico y especialista en medios de comunicación, entrevistado por Claudio Jacquelin, integrante de FOPEA y periodista de La Nación.
Durante su intervención, Waisbord señaló que “el periodismo tradicional es insuficiente” para enfrentar los desafíos actuales, en especial los provocados por líderes políticos que explotan discursos de odio y desinformación. “Hay personas que desconfían de la ciencia, rechazan la seguridad de las vacunas y niegan hechos históricos, y no basta con responderles solo con hechos; es necesario adoptar estrategias de comunicación persuasivas”, comentó. Según Waisbord, este ha sido uno de los errores en la lucha contra la desinformación: no es posible contrarrestarla únicamente con datos objetivos, ya que el fenómeno responde a problemas más profundos que exigen respuestas estratégicas.
Otro punto abordado fue la necesidad de entender la frustración social y el malestar que impulsan ciertas narrativas de odio. “Es fundamental comprender por qué hay tanta bronca y por qué las falsedades logran tanto arrastre”, señaló Waisbord, añadiendo que, desde la comunicación estratégica, es clave conectar con las preocupaciones de las audiencias, en lugar de entrar en confrontaciones.
Waisbord también analizó cómo los medios deben posicionarse en contextos de “proto-autoritarismo” en democracia. Resaltó que el periodismo, diseñado para informar y ampliar la comprensión pública, no necesariamente está estructurado para funcionar como herramienta de comunicación estratégica. Sin embargo, cuando la democracia está en riesgo, el periodismo debe tomar una postura activa en su defensa. “Frente a un líder político que constantemente difunde mentiras, el desafío es decidir si darle o no espacio, si someterlo a fact-checking, y cómo abordar la narrativa de odio y desinformación que promueve”, explicó, subrayando que figuras como Donald Trump han capitalizado esta estrategia, logrando amplificar su discurso a través de los medios.
Waisbord advirtió sobre el incierto futuro de esta realidad, donde los periodistas y académicos se han convertido en objetivos claros de ciertos actores políticos. Mencionó que no sería sorpresivo que se iniciaran juicios contra periodistas o que aumentaran las tácticas de vigilancia y control en su contra. Además, destacó la necesidad de una mayor colaboración entre periodistas y académicos para enfrentar los ataques y aprender de sus experiencias mutuas.
En cuanto al acoso en entornos digitales, Waisbord enfatizó que el periodismo digital ha permitido nuevas formas de violencia, desde mensajes de odio hasta campañas de hostigamiento. “No hay que darle de comer a los trolls, pero es fundamental saber distinguir entre críticas legítimas y ataques que buscan desacreditar al periodismo”, puntualizó. También instó a los medios a capacitar a sus equipos en seguridad digital, a proteger la relación con sus fuentes y a desarrollar estrategias para enfrentar los ataques. Sin embargo, advirtió que, a menudo, los periodistas se encuentran desprotegidos y con escaso respaldo frente a estas agresiones.
Este panel resaltó la urgencia de enfrentar la violencia digital contra el periodismo, no solo como un problema técnico, sino como un desafío ético y estratégico en defensa de la libertad de prensa y la democracia.